"Si no quieres perderte en el olvido tan pronto como estés muerto y enterrado,escribe cosas dignas de leerse, o mejor aún, haz cosas dignas de escribirse... - Benjamin Franklin


martes, 19 de junio de 2018

PRUEBAS Y PRUEBAS, ¡CUANTAS PRUEBAS!


Si en algún momento creemos y decimos que el camino del evangelio en esta vida está libre de sufrimiento, nos equivocamos. Las pruebas llegan mientras camínanos con Dios. El apóstol Santiago dice: “Hermanos míos, tengan por sumo gozo cuando se encuentren en diversas pruebas” [i] 
Diversas pruebas= problemas de toda clase. No todos tendrán los mismos desafíos, pero para cada creyente hay un propósito en medio de esa prueba.

Para crecer en medio de las pruebas es necesario entender qué significa el gozo en este contexto, es como si Dios nos dijera “Regocíjate, porque estoy a punto de comenzar un trabajo en tu vida”  Ese gozo es la convicción anticipada del resultado que Dios ha de producir: un carácter maduro.  Las pruebas son permitidas por un Dios soberano para desarrollar en nosotros un carácter cada vez más parecido a Cristo y menos parecidos a nosotros mismos.  Las pruebas son pues, ese  método que, aunque doloroso, nos ayuda a mantenernos espiritualmente en forma.

Para salir airosos de las pruebas es necesario pedir sabiduría a Dios. Esto requiere humildad de nuestra parte, porque de lo contrario estaremos luchando en nuestras propias fuerzas e intentando resolver las dificultades conforme a nuestro limitado entendimiento. 

Asimismo es necesario creer que Dios nos dará sin reservas esa sabiduría que necesitamos para así obtenerla de hecho. Así evitamos ese dilema de pedir ansiosamente a Dios por ayuda, mientras al mismo tiempo dudamos que él vaya realmente responder. El doble ánimo, la inconstancia y la duda, son parte de las flaquezas de nuestro carácter que deben desaparecer en  la prueba y son sustituidos por la paciencia y la perseverancia.


[i] Santiago 1.1-8


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