"Si no quieres perderte en el olvido tan pronto como estés muerto y enterrado,escribe cosas dignas de leerse, o mejor aún, haz cosas dignas de escribirse... - Benjamin Franklin


jueves, 14 de junio de 2018

DE COMPRAS: MUJER Y CONSUMO


Pasillando por un mall  buscando ropa masculina, me hicieron notar que, en términos de tiendas la proporción de oferta para mujeres es un 80% contra un 20% de tiendas para hombres.  La gran cantidad de llamativas vitrinas tienen de todo para las chicas y quizá al fondo, en algunos locales,  los últimos pasillos tengan  un área para caballeros.

Aunque recientemente ha habido informes de estudios de mercado que parecen revelar que los hombres gastan más dinero en compras  que las mujeres, sigue siendo obvio que la mujer, además de ser por tradición usada como objeto publicitario, también es el target por excelencia para ofertas de consumo masivo.

La mujer es la que más frecuenta y la que más tiempo permanece en las tiendas. Esto hace que seamos  blanco de bombardeo publicitario que nos incita a consumir, desde el detergente para lavar hasta el café, desde un alfiler hasta el más lujoso juego de colchas para el aposento, desde una media pantyhose hasta la fina cartera, el perfume, maquillaje, cremas,  la última tendencia de la moda en ropa, las joyas y todo un mundo de artículos que, según nos apremian los anunciantes, necesitamos para hacernos la vida llevadera y placentera. 
Las madres de pequeños, se obsesionan a veces con comprarles cantidades de  ropa nueva a los chiquitos… ni hablar de utensilios para el hogar...  Pero, ¡tengamos cuidado!, porque las personas de estratos promedio y de escasos recursos, no disponemos de ingresos tan estables como para gastar impulsivamente  en todo lo nuevo y brillante que nos ofrecen.

Lo ideal es que no compremos por emoción. Si gastamos de acuerdo a un presupuesto previamente calculado, si hacemos una lista de las cosas que necesitamos, y en esa lista vamos colocando en primer, segundo y tercer lugar las cosas realmente indispensables, prioritarias o de mayor urgencia en el momento, entonces estamos procediendo con sabiduría y prudencia.

Es muy fácil, (Confieso que me ha pasado), entrar a una tienda  buscando uno o dos productos, y salir con tremenda cantidad de paquetes, habiendo gastado más dinero de lo aceptable o engrosando el balance a pagar de una tarjeta de crédito.  A veces, un dinero que era para otro propósito. Luego viene el lamento. ¿Qué paso? Viste algo que te gustó tanto, que no lo puedes dejar. Viste los productos de oferta, un vendedor estratégicamente ubicado te ofrece la oferta de su marca y, sea porque crees en su propuesta o por cortesía, también adquieres dicho producto.  Eso, puede definirse como falta de control.  
Hoy día el síndrome del consumismo es 360 grados. No solo hay que llegar a la tienda para experimentar las tentaciones. El mundo inmenso de las tiendas virtuales  quitó toda restricción de espacio y tiempo para gastar dinero compulsivamente.

Los principios de educación financiera nos recuerdan que debemos vivir y adaptarnos a un presupuesto, que debe prever cuánto podemos gastar en proporción a nuestros ingresos reales. El no adaptar nuestros niveles de consumo a nuestras  reales posibilidades implicará sobre endeudamiento, y muchas veces implica flaquezas en otras área de nuestro carácter ( vanidad, pretensión, inmadurez, etc).  Aun contando con holgura económica es un pecado desperdiciar dinero comprando desmedidamente.
  

En este orden, me gusta como referencia la mujer virtuosa de Proverbios 31, de la cual la Biblia establece que era cautelosa como consumidora, adquiría las cosas de la mejor calidad y precio y las aprovechaba al máximo, administrando todo para que su familia estuviese satisfecha y bien atendida. 

1 comentario:

  1. Romanos dice 'Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo en el Espítitu Santo'. 14.17

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