Así como a veces trato de
acordarme cómo era la vida antes del Internet, antes del celular, antes del horno
microondas y la máquina de lavar, suelo preguntarme cuándo cedimos a la
dinámica de que nuestra existencia gravite
en el plano virtual y de las redes
sociales.
Algunas cosas han cambiado
dramáticamente: No uso ya mis voluminosos diccionarios enciclopédicos e
ilustrados. El Dr.Google y la Dra. Wikipedia dominan el escenario.
Pero así como son de útiles
las herramientas digitales, también pasarán en algún momento a otro plano, y
otras formas de desarrollo tecnológico llegarán.
Por eso, la vida sigue, al
margen de que fluya el mundo virtual y evolucione. Hay gente convencional que ha logrado preservar estilos de vida "vintage" en los que la tecnología y la alta y frecuente exposición social no son una prioridad.
Que uno no publique a diario
sus pruebas y luchas en Facebook, Twitter, Instagram y otros recursos actuales, no significa que
nos las tenga.
Que uno no publique a diario
sus logros y victorias no significa que no los tenga.
Que uno no publique a diario
lo que hace para el bien del prójimo, no significa que no esté haciendo nada.
Tal vez es que uno es
persona más bien reservada, y no tiene interés en hacer de su vida un Reality
show. Hay gente que ama la privacidad y la discreción y tiene cuentas en las
redes porque son útiles, pero sabe que
Facebook no es la vida y que había vida
antes, y habrá vida después de Instagram o Twitter.
Como dice la Biblia "Escudriñar todo, retener lo bueno". La vida virtual nos permite disfrutar de ver y hablar casi gratuitamente con seres queridos distantes, nos permite hacer compras sentados en casa y que la traigan a la puerta, nos permite hacer transacciones bancarias con unos pocos clicks en linea, y recibir múltiples beneficiosos que antes eran inimaginables. Pero la vida real tiene acceso a todos nuestros sentidos, tocar, oler, sentir el calor y el frio, comer y saborear alimentos, caminar por la playa descalzo y dejar el viento nos despeine. Reitero, hubo vida antes y continuará habiéndola, más allá de la "realidad virtual" .
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