INSOMNIO

¿No le ha sucedido a usted? Cada noche millares de hombres y mujeres transitan por este largo y tormentoso problema de no poder conciliar el sueño. De hecho, en el momento en que escribo estas notas, ¡Debería estar durmiendo!
El Sueño cumple una función reguladora y reparadora en nuestro organismo. Por eso hay gente que se levantada tan cansada como se acostó. El insomnio parece ser un círculo vicioso, pues uno se siente preocupado por no poder dormir y no duerme porque está muy preocupado. Podemos vernos afectados por el insomnio debido a innumerables causas, tanto físicas como emocionales: estrés, depresión, fatiga excesiva, temores, enfermedades y hasta las muchas posesiones materiales.
"Soñar no cuesta nada" dice el refrán, pero intentar dormir les cuesta mucho a quienes acuden a las píldoras para tratar de resolver la situación, atacando simplemente la consecuencia del problema y posiblemente agravándolo.
Si usted tiene dificultades para dormir y las causas son meramente físicas, hay muchas cosas que le pueden ayudar: Un baño caliente, un té relajante, música suave, entre otras cosas.

Pero el alma perturbada por las pruebas, por los temores, por las ansiedades intensas y la incertidumbre, solo tiene un remedio: "echar toda nuestra ansiedad sobre Él (Jesús) porque Él tiene cuidado de nosotros", Jesús nos invita: " venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados y yo os haré descansar". Es asunto de confiar en quien nos invita.
¿Aceptará usted llevar a Jesús sus preocupaciones y dormir bien esta noche?

Esta noche, en vez de contar ovejas, cuéntele a Jesús sus problemas.

"Yo me acosté y dormí, y desperté, porque Jehová me sustentaba."
Salmo 3:5