"Si no quieres perderte en el olvido tan pronto como estés muerto y enterrado,escribe cosas dignas de leerse, o mejor aún, haz cosas dignas de escribirse... - Benjamin Franklin


martes, 18 de noviembre de 2008

Globalización de la esperanza


Mario Benedetti, en su poemario "La vida, ese paréntesis", incluye unos versos que titula "globalizaciones", donde afirma: " Es cierto que esa globalización de nuestro pobre miserable globo, tiende a globalizar el desaliento."
Aflora un pesar entendible en sus palabras, si se toma en cuenta el temor de muchos analistas de que la globalización económica no disipe la brecha entre las grandes mayorías que viven por debajo de la línea de la pobreza y la minoría “que hoy lucha por mantener y salvar el control de los recursos financieros y tecnológicos.
Lo cierto es que, más allá de lo económico, el "globo" está invadido por la desesperanza como nunca antes. Pareciera que la vida no tiene sentido ni rumbo. La maldad se expande y se diversifica.
Dos mil años atrás Cristo veía a las multitudes desamparadas y dispersas, y sentía compasión por ellas. Por eso envió a sus discípulos a predicar que el reino de los cielos se ha acercado. Su visión de la tarea a emprender era "hasta lo último de la tierra", "a todas las naciones" Hoy como ayer, la necesidad de sembrar esperanza es abrumadora y requiere de muchos sembradores. Lo triste sería que aquellos llamados a proclamar las buenas noticias también anden cabizbajos, contagiados del mismo desaliento. Dios tiene un plan de redención para nosotros como individuos y como comunidades, "planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza" (Jer. 29:11 NVI) ¿Que le parece si nos apropiamos de su promesa, y la llevamos a otros?

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