"Si no quieres perderte en el olvido tan pronto como estés muerto y enterrado,escribe cosas dignas de leerse, o mejor aún, haz cosas dignas de escribirse... - Benjamin Franklin


martes, 16 de diciembre de 2008

LA FRECUENCIA DEL DESEO - INTERFERENCIA


En ocasiones nuestra mente puede parecer como un aparato de radio que tiene dos emisoras transmitiendo en la misma frecuencia: Una es la señal de la radio cadena de la carne, frecuencia que todo ser humano siempre será capaz de sintonizar, y mientras no conocemos a Cristo, es la única señal que podemos captar. La otra estación es la señal de la radio cadena celestial, la frecuencia que solo podemos captar por el Espíritu Santo.

Cada vez que tu naturaleza humana procura ganar el control de tus acciones, el Espíritu activamente se va a oponer. Por eso es que muchas veces batallas en tu mente acerca de lo que es bueno o no, y aun cuando te veas a punto de ceder, algo sucede: Recibes una llamada, lees un pasaje de la escritura, escuchas una advertencia, algo llama tu atención para que entiendas cuál es la vía de escape ante la posibilidad de actuar mal. Dios siempre nos da la salida.
Es importante entender bien el verso 16 de Galatas 5, "Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne" porque a veces creemos que como cristianos no vamos a tener deseos carnales. Andar en el Espíritu no significa que se desactivan los deseos de la naturaleza humana, solo que no los vamos a satisfacer. Aunque el Espíritu de Dios no suprime automáticamente los deseos de la carne, su promesa es que tenemos todo el poder para decir no a esos deseos. Puedes decirle a tu carne què hacer en vez de que la carne te diga a ti què debes hacer. Descubrirás entonces esa dimensión de vivir en un nivel de victoria espiritual que nunca antes habías siquiera imaginado.

Deja que el Espíritu Santo sea tu guía.



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