"Si no quieres perderte en el olvido tan pronto como estés muerto y enterrado,escribe cosas dignas de leerse, o mejor aún, haz cosas dignas de escribirse... - Benjamin Franklin


viernes, 19 de diciembre de 2008

LA LUZ Y EL ORDEN

En el principio, no había nada en el universo, excepto un vacío inmenso y sin fin. No había ni tiempo, ni historia, ni vida, ni luz, ni belleza, ni sonido. Los dos primeros versos de la Biblia dicen: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba sin orden y vacía, y las tinieblas cubrían la superficie del abismo...”
Esta parece ser también una descripción de cómo se encuentra la vida de muchos seres humanos hoy: Una existencia sin forma, sin sentido, y sin luz. Vidas sin carácter ni disciplina, vidas que carecen de significado, sin gozo ni satisfacción, vidas desordenadas y vacías, vacías por dentro, vidas que están en las tinieblas de la ignorancia, la depresión, la desesperanza, separadas de Dios, vidas inestables e inseguras.

¿Está tu vida vacía? ¿Quieres experimentar un cambio real, duradero, agradable para Dios, de tal forma que seas lleno de satisfacción, paz, gozo, amor, propósito, de verdadera vida abundante? Entonces no busques:
Una droga
Una botella
Una pastilla
Ni siquiera una visita ocasional a una iglesia
Ningún otro recurso ineficaz

No existe una vida tan destrozada y devastada que esté por fuera del poder de Dios para redimirla y transformarla. El proceso de transformación que invariablemente se lleva a cabo a través de la preparación del Espíritu Santo y la aplicación de la palabra de Dios a nuestra vida está ilustrado en lo que sucedió en el principio del planeta tierra. Por la Palabra y la acción del Espíritu, la tierra fue transformada del vacío completo a la plenitud, la luz, la vida y la belleza.

Necesitamos vivir en el poder del Espíritu Santo y en obediencia a su Palabra. Esta transformación es un proceso continuo que se lleva a cabo con nuestra saturación diaria en las Escrituras y la puesta en práctica de ella. No solo oidores, sino hacedores.


Señor gracias por que tu eres luz y en ti no hay tinieblas, quiero que borres con tu sangre eficaz las áreas de tiniebla que halles en mi vida. Quiero que ilumines mi vida y la pongas en orden por medio de tu Santo Espíritu. Que siempre pueda andar en luz, como tú estás en luz. AMEN.

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