lunes, 24 de abril de 2023

AMAR EN DISTINTAS ESFERAS


El amor es el tema más abundante en la Biblia y desde algunos enfoques también puede ser el más popular. Aun así, suele ser más fácil hablar del amor  que practicarlo apropiadamente, con fundamento bíblico y si caer en distorsiones de su verdadero significado.  El autor de Hebreos, en el capítulo 13. 1-6 nos ayuda a clarificar la forma en que podemos expresar el amor en distintas esferas.

Los creyentes en Cristo constituyen su iglesia, y se les exhorta constantemente a mostrar amor fraternal (Filadelfia). Somos una familia en la que hermanos y hermanas en la fe podemos realizar acciones que  demuestren en hecho y verdad el afecto que nos une en un cuerpo, del cual Cristo es la cabeza.

El amor ha de mostrarse también a los desconocidos y extranjeros (Xenofilia). Las acciones hospitalarias  son un ejemplo  magnífico de aprecio y estima  por aquellos a quienes Dios nos permite servir en situaciones puntuales,  aunque no sean parte de nuestro círculo íntimo. Reconózcalo o no, todo el mundo necesita ser amado y siempre hay oportunidades de marcar la diferencia en la vida de los demás.

Nuestra forma de amar  también debe alcanzar a quienes están padeciendo prisión y persecución por causa de su fe, sabiendo que se trata de siervos de Dios que necesitan nuestras oraciones y apoyo.  

El amor en el matrimonio tiene un énfasis especial en la Biblia, y debe ser honrado en el contexto del diseño de Dios.

Y si hay algo que se nos exhorta a no amar, es al dinero, ya que la avaricia puede bloquear nuestra generosidad.  Dios tiene el poder de saciarnos emocional, espiritual y materialmente.


jueves, 13 de abril de 2023

COLAPSO

                     Vista del Puerto Don Diego, Santo Domingo, desde mi ventana en Mayo del 2020.
 

Viví casi tres años frente al puerto Don Diego, en Santo Domingo. La vista del rio Ozama y de la Zona Colonial desde mis ventanas me fascinaba, pues el sol  hacía resplandecer las aguas al amanecer, y  sobredimensionaba  el  encanto de los viejos muros de la  ciudad.

Además, cada semana amanecía ante mis ojos alguna novedad, ya fuera el rutinario Ferry, que va  y viene de Puerto Rico regularmente, o los enormes barcos cargueros  abarrotados de vehículos, que eran colocados en una hilera a todo lo largo del muelle, paralelo a la avenida del Puerto, entre las instalaciones de aduanas y el puente flotante.

En ese tiempo, vi atracar en el puerto yates de lujo, algunos muy emblemáticos como aquel cuya propiedad se atribuye un magnate ruso, que creó mucha curiosidad y  alarma en la ciudad pues las autoridades lo tenían rodeado impidiendo su partida. Recuerdo  los buque-escuela, que hospitalariamente permitían a los interesados subir a bordo y pasearse por las instalaciones.  Algunas mañanas mis ojos quedaban fijos ante el asombro de magníficos y suntuosos cruceros que hacían su entrada espectacular hasta instalarse justo frente a mi condominio. ¡No podía pedir más entretenimiento!

Por eso, mi corazón se sacudió hace unos días con la inesperada noticia del colapso de esa área del puerto. Las imágenes publicadas en los medios me causaron asombro y nostalgia. ¿Cómo fue posible esta situación? Los voceros de las instituciones correspondientes afirman que se trató de una sobrecarga de peso, por un cargamento de acero que se colocó allí. Gracias a Dios, no hubo personas afectadas por el lamentable suceso. Sin embargo, costará tiempo y dinero reconstruir esa zona.

La situación me hizo reflexionar también, pensando que, en ocasiones, las personas somos como ese puerto, manejando y procesando cargas que corresponden a nuestros roles y responsabilidades en la vida. A veces, voluntaria o involuntariamente, nos sobrecargamos, asumimos más y más compromisos, deberes y tareas sin tomar en cuenta que podemos estar atentando contra nuestra capacidad de resistencia. En su momento, algunas señales nos avisan que hay peligro, pero las ignoramos hasta que … lo inevitable sucede: nos desplomamos, ya sea con un evento de salud mayor, o alguna área de la vida, descuidada por sobre atender otras, se quiebra y causa el derrumbe de todo lo demás… ¿Puede usted pensar si acaso no está su vida en peligro de colapso?

Hay que saber reconocer nuestros límites de esfuerzo y  resistencia.  Hay que administrar las cargas que nos corresponde de llevar, si queremos evitar quedar en ruinas.

lunes, 3 de abril de 2023

LOS PROTAGONISTAS Y ESPECTADORES DEL PRIMER VIERNES SANTO

Por Telésforo Isaac

Se ha dicho y escrito mucho acerca de lo sucedido el primer Viernes Santo, describiendo la desventura, traición, entrega, tribulación, juicio, condena y muerte de Jesús de Nazaret. Los hechos de ese viernes, después de los memorables acontecimientos del Jueves Santo, adquieren mayor trascendencia dada la envergadura de lo acontecido ese extraordinario día que remembramos como Viernes Santo. Sin embargo, se impone la prudencia, a pesar de la importancia de señalar culpabilidades. Es preciso considerar las características y la naturaleza humana, la influencia religiosa, presión política, el ambiente social imperante en el pueblo. Por tanto, no es correcto juzgar radicalmente a todos los que, de una u otra condición, estuvieron presentes, o actuaron de modo consciente o inconsciente, en lo sucedido. Es necesario determinar quiénes estuvieron presentes y quiénes fueron los actuantes.

El drama del Viernes Santo comenzó desde que Jesús oró en el Jardín de Getsemaní, fue entregado por Judas Iscariote a los soldados del imperio romano, y luego llevado ante la presencia de los sumos sacerdotes Anás, Caifás, quienes junto a otros jefes del Sanedrín actuaron de manera malévola. Tras el enfrentamiento, Jesús fue llevado al palacio del gobernador Poncio Pilatos y allí, frente a una bulliciosa muchedumbre, el profeta fue abucheado, falsamente acusado en un proceso de índole política y de fanatismo religioso.

Los cuatro evangelios: Mateo, Marcos, Lucas y Juan, narran los pormenores de lo que sufrió Jesús esa infausta madrugada; relatan las innumerables y maliciosas acciones que padeció el Señor: traición, difamación, negación, abandono, apresamiento, ser escupido en la cara, golpeado por los soldados; le pusieron vestidura correspondiente a un monarca y fue coronado con una diadema de espinas.

Es oportuno preguntar ahora, ¿estuvo usted presente o fue actuante al responder a Pilatos, cuando éste le preguntó a Jesús si era el Rey de los Judíos?

¿Es posible que personas como usted y yo, con características diferentes o semejantes, estuviesen allí como espectadores entre el gentío que pedía crucificar a Jesús y liberar a Barrabás; haciéndolo como fanático religioso, como miembro del ejército romano, como representante gubernamental del imperio de los Césares; o como alguno de los seguidores del profeta que salió huyendo cuando Jesús fue apresado por los soldados; o cuando fue negado por el más íntimo de sus discípulos? Acaso estaba usted como las lastimosas mujeres en el Vía Crucis (camino al Gólgota), llorosas de presenciar el maltrato dado al joven profeta; o como el cirineo transeúnte, obligado a ayudar a Jesús ya exhausto debido a una noche de aflicción, golpiza y burlas.

Por otro lado, ¿Escuchó usted las siete últimas palabras del inmolado colgado en la cruz? ¿Lo escuchó cuando dijo tener sed y se le ofreció vinagre con hiel, tal vez como anestesia para calmar el dolor causado por los clavos en manos y pies?

¿Qué sintió usted cuando, al clavar el pecho del sufrido y castigado mártir, brotó liquido como agua y sangre?; ¿Qué emoción le causó cuando los soldados reconocieron que el malogrado religioso era “verdaderamente hijo de Dios”?  ¿Qué impresión le causó la piadosa acción de José de Arimatea y el maestro Nicodemus que hicieron las diligencias para obtener permiso del gobernador Pilatos para sepultar el inerte cuerpo de Jesús en una tumba nueva?

Al leer este artículo respecto a las personas presentes o actuantes en el drama del primer Viernes Santo, ¿Dónde se ubica usted ante ese brutal acontecimiento? 

martes, 31 de enero de 2023

DESCONCIERTO

 


Imagen de Pixabay de uso libre

Sinfonía siempre incompleta.

Sin amor,

Instrumentos discordantes,

Incapaces de producir sonidos armoniosos.

Voces cacofónicas, estridentes, afectadas

Y destempladas.

Silencios que asustan

Pues son preludio de estallidos perturbadores

Como alarmas que sacuden toda una Ciudad.

Qué hacer si no esperar a que acabe la función.

O  retirarse de la sala,

Dejando el espacio a la suerte de una orquesta

en la que cada uno, pero al mismo tiempo,

toca las notas improvisadas de un solo

sin esperar su minuto de gloria.


EL MUNDO ES DE MI DIOS

 

Foto: My antiguo globo terráqueo.  Georgina Thompson 

El mundo es de mi Dios, su eterna posesión.

Eleva a Dios su dulce voz la entera creación.

El mundo es de mi Dios, trae paz así pensar.

Él hizo el sol y el arrebol, la tierra, cielo y mar.

-- Maltbie D. Babcock

Pero

Está La fragmentación del planeta

en pueblos, naciones y continentes.

Se enarbolan banderas

Se levantan fronteras

Se invaden territorios

Se migra de la miseria y la calamidad 

hacia las tierras no prometidas.

Y la dignidad del ser

se mide por estratos,

De los altos privilegios a

los bajos vejámenes.

Por eso repito la oración:

Venga tu Reino. 


martes, 27 de diciembre de 2022

LA PUERTA DE LA ESPERANZA

Imagen Pixabay de uso libre

Al comenzar un nuevo año, 2023, en el calendario gregoriano de la Civilización Occidental, se precisa oír las palabras del Profeta Oseas, quien promulgó a nombre de Dios, diciendo: “Convertiré el valle del desastre en puerta de esperanza” (Oseas 2: 15). La puerta aludida por el profeta se presentó en espacio y tiempo en la persona de Jesús de Nazaret, quien vino y se identificó como Hijo del Dios Viviente, el Verbo Encarnado, Alfa y Omega, el Camino, la Verdad y la Vida, y en docenas de títulos más. Él declaró de sí mismo: “Yo soy la puerta; el que por mi entre se salvará”. (Juan 10: 9). La expectativa de la añorada esperanza se culminó con el nacimiento, vida, ministerio, muerte en la cruz y resurrección. 

Es conveniente y alentador, escuchar esta expresión aquí y ahora, entre nosotros y en todo el mundo. Esto es así, porque la situación que impera en todo el globo terrenal, es similar a lo que sucedía cuando Oseas habló al pueblo de Israel, alegando que las desgracias que los seres humanos estaban cometiendo eran similares a las de tiempos pasados.

En aquel entonces, el pueblo hebreo estaba en un desierto de aridez espiritual, la corrupción moral y la degradación humana separaban a los fieles de Dios. Sin embargo, a pesar del estado deprimente en que se encontraba aquella gente, Dios quiso dar muestra de su misericordia, su ternura y su amor por los hombres y mujeres de esa nación. El benévolo señor también puede hacerlo ahora en la isla de Quisqueya, y en todo el mundo, debido a la coyuntura histórica del momento. 

El deseo y la voluntad divina se hicieron saber a través del profeta Oseas, quien anunció la intención del Señor de convertir el valle del desastre en “puerta de esperanza”. Esa puerta de esperanza anunciada por Oseas, hace más de 700 años antes de la venida de Jesucristo, se hizo una realidad cuando Jesús mismo dijo: “Yo soy la puerta: el que por mí entre, se salvará” (San Juan 10: 9). Escuchemos, pues, las palabras de Jesús y cambiemos los desastres en bienaventuranzas.

Jesús es la puerta por donde entra el pecador, el apóstata, el descorazonado, el vicioso, el que anda por malos caminos, el borracho, el mujeriego, la prostituta, el drogadicto, el ladrón, el opresor, y todo aquel que anda a espaldas de Dios o está en conflicto consigo mismo, con su familia o con la sociedad, para llevarlo al sendero de la esperanza y a la puerta del arrepentimiento, el perdón y la reconciliación.

El anuncio del Profeta Oseas fue imperante y alentador para el pueblo hebreo muchísimo antes de nacer Jesucristo…Hace 2022 años, ese mensaje, que nos asegura que Él es el camino, la verdad y la vida…adquiere mayor sentido para todos los que creen en el Señor Jesús.

 “Jesús es la puerta” que conduce a la conversión; al encuentro con la verdad; a la paz interna; a la buena relación con los demás y con la esperanza de ser heredero del reino de Dios. 

El inicio del año 2023 es ocasión apropiada para renovación de la vida… es tiempo especial para entrar por la “puerta de esperanza”. ¡Ven pues a Jesús! Él es la puerta para que encuentres consolación, paz, esperanza, deleite espiritual y emocional en la vida de todos los creyentes y personas de buena voluntad.

Señor, escucha nuestra causa, atiende a nuestro clamor, presta oído a nuestra oración… Ábrenos la puerta de la esperanza.

Escrito por Telésforo Isaac 


viernes, 9 de diciembre de 2022

REVERDECER

 

Ocasionalmente compro pequeñas plantitas ornamentales para decorar espacios pequeños, como un estante en el baño o sobre mi área de trabajo. Al estar limitadas a una base o tarro tan pequeñito, usualmente estas plantitas tienen una vida limitada. Al no servir más, suelo deshacerme del tarro y adquirir una nueva.

Con esta que comparto en la foto, sucedió que al secarse completamente la plantita original, la moví de lugar, pensando que aun seca tenía cierto atractivo que podía extender el tiempo antes de tirarla y sustituirla.  Recuerdo que estuvimos fuera de casa un fin de semana largo y al regresar, de entre las ramitas secas empezaban a brotar nuevos retoños verdes. Me maravillé de pensar que, en circunstancias restringidas, sin cuidado ni agua, esta plantita resurgió, y me convenció de que vale la pena conservarla y apreciarla.

En la escritura, Salmo 92, versos 12 en adelante, encuentro un paralelo en la vida del creyente y lo que esta plantita me ha ilustrado:

 

 El justo florecerá como la palmera;

Crecerá como cedro en el Líbano.

Plantados en la casa de Jehová,

En los atrios de nuestro Dios florecerán.

 Aun en la vejez fructificarán;

Estarán vigorosos y verdes,

Para anunciar que Jehová mi fortaleza es recto,

Y que en él no hay injusticia.

Hay etapas en nuestra existencia, en que podemos sentirnos como esa plantita seca; hay momentos que nuestra existencia parecer haber llegado a un punto de improductividad, sequedad, esterilidad, sin sentido. Muchas veces esta situación está asociada a la pérdida del empleo, a la soledad, al retiro, a la pérdida de un ser amado. Estas situaciones pueden llevarnos a conclusiones muy desalentadoras sobre el futuro. Pero el final puede tomar otro giro.

Cuando nos hacemos conscientes de la obra que Dios es capaz de hacer en nosotros,  cuando nuestra fe está fundamentada en su Palabra y sus promesas, cuando nuestras limitadas fuerzas son invertidas en obras de justicia, entonces, ninguna limitación o carencia evitará que logremos reverdecer, resurgir, dar fruto como árboles que  han experimentado otoños… pero que reinician el ciclo, con nuevas ramas ( Nuevas ocupaciones, talentos a desarrollar, ministerios en qué servir…) que adornan la obra de Dios.

No volveré a tirar una plantita, como Dios no me desecha en mi esterilidad, si no que me da la oportunidad de reverdecer.

viernes, 2 de diciembre de 2022

EL PERDON

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Por Telésforo Isaac

El perdón es una decisión, una acción tomada con libertad y voluntad propia. Es un hecho que libera los sentimientos negativos, como el rencor, resentimiento, enojo, disturbio mental, inestabilidad emocional, y desconfianza; ya que perdonar restaura la condición espiritual propia de una persona sana y consciente de lo que es la virtud de la fraternidad. Al perdonar, se restablece la energía perdida y repone la buena salud embobecida por la infección psíquica.

Perdonar abre un nuevo camino hacia la reconciliación, abandona la infausta condición de negación del pasado, y alivia la persistente angustia que mantenía un veneno que intoxica el alma. Se ha dicho de manera muy precisa que: “La falta del perdón es el veneno más destructivo para el espíritu”. 

De manera efectiva, al perdonar, capacita para concentrarse mejor y relacionarse con amor sincero, e indudable confianza; pues, libera suspicacias y trazos sombríos subyacentes en la mente y el corazón.

Perdonar es una virtud enseñada y practicada por personajes de la santa Biblia, en realidad por Jesús de Nazaret, quien en Mateo 18:14-22, dio un puntual modo de perdonar al responder a Pedro, quien le preguntó a Jesús; ¿Cuantas veces deberé perdonar a mi hermano, si me hace algo malo? ¿Hasta siete veces? Jesús le contestó: “No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete”. (Matero 18:21-22).

Más notable, aun, es el caso en la ocasión cuando Jesús estaba colgado en la cruz y expresó: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”. (Lucas 23: 34).

Otra valiosa narración acerca de perdonar, fue lo que sucedió en la muerte de Esteban, mientras él era apedreado   por dirigentes judíos para martirizarlo, con el consentimiento de Saulo de Tarso, posteriormente, san Pablo; el joven seguidor de Jesucristo, oró diciendo: “Señor Jesús, recibe mi espíritu”. Luego se puso de rodillas y gritó con voz fuerte: “Señor. No tomes en cuenta este pecado”. (Hechos 7: 59-60). Estos hechos singulares de perdonar, está ahí como atinados prototipos. 

En la santa Biblia hay 35 a 40 versículos con referencias sobre el valor de perdonar. Los ejemplos de Jesús, Esteban y otras figuras en las Santas Escritura para perdonar, deben ser modelos para seguir; por tanto, en lugar de ser acomplejados, de duros corazones, vengativos, resentidos, debilitados por el veneno que intoxica el alma; se sigue lo dicho por san Pablo en Efesios 4: 32: “Más bien, sean bondadosos, y compasivo unos con otros, y perdonándose mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo”. (Efesios 4: 32) 


martes, 22 de noviembre de 2022

MOTIVOS DE ESPERANZA EN ADVIENTO

 

Photo: Pixabay, uso libre. 

¡Adviento, tiempo de esperanza! Este es el período designado por los cristianos que se ubica entre los cuatro domingos antes de Nochebuena, el 24 de diciembre de cada año.

En el calendario litúrgico, el tiempo de Adviento tiene características de preparación y expectativa, con dos enfoques principales:  primero, se hace memoria de las profecías y las expectativas del pueblo hebreo ante la venida del Mesías, según las Santas Escrituras, para liberar al pueblo judío y reinar en el mundo. Esto se cumplió con la llegada de Jesús Nazareno, cuyo nacimiento es celebrado por los cristianos el 25 de diciembre.

En segundo lugar, ahora los cristianos esperan la nueva venida del Mesías o Salvador, llamado Cristo. Estos tienen la certeza de que su retorno al mundo terrenal será para juzgar a los pueblos, y establecer un reino de paz, justicia y bienestar espiritual por toda la eternidad. Adviento es el espacio litúrgico que evoca esa esperanza. 

El Adviento es tiempo de confianza, aunque esta estación se ha convertido en una época para incrementar el comercio y las celebraciones festivas que, muchas veces, sólo son expresiones seculares de esta observancia religiosa.  

A pesar del desgaste espiritual y la secularización del Adviento, los cristianos y los seres humanos de buena voluntad, consideran que esta temporada no puede extinguirse, ni tampoco marchitarse; por eso, la estación pre-navideña es tiempo de esperanza y de preparación para la evocación del nacimiento de Jesús el Cristo.  

Adviento es ocasión ideal para incrementar la fe, la esperanza y el amor. Es propicio hacer el llamado para la devoción, el fortalecimiento de la hermandad y la voluntad de realizar hechos de benevolencia y caridad. Es el momento para oír de nuevo la misma voz de Jesús, diciendo: “Ha llegado el tiempo, y el reino de Dios está cerca, vuélvanse a Dios y acepten con fe sus buenas noticias” (Marcos 1: 15).

Es cierto que el mundo está convulsionado. Hay muchas mentes perturbadas, innumerables corazones angustiados, separaciones de familias, guerras, brotes epidémicos, corrupción moral, carencia económica, intolerancia, opresión, degradación de seres humanos, empobrecimiento material y espiritual, desprecio a la dignidad de   seres creados a imagen y semejanza de Dios, humillación  a menesterosos,  prejuicios raciales y culturales; a pesar de todos estos males, anualmente se aviva la esperanza, se reanima la ilusión, los buenos deseos florecen y la buena voluntad de muchos se hace manifiesta, con el propósito de prepararse a fin de celebrar la fiesta del nacimiento de Jesús el Salvador.

Entramos de lleno en el proceso para organizar la fiesta del nacimiento del Cristo. Se ven las ofertas comerciales, decoraciones de casas y calles, expectativas de dar y recibir regalos, anhelo de intercambiar felicitaciones, agrado de encontrarse con familiares y amigos.

El pueblo en general ofrece muestras de gozo, actividades de confraternidad y alegría espontánea. Aunque no hay dimensión profunda de espiritualidad, ni conciencia religiosa; sin embargo, persiste el sentir de lo sagrado y los creyentes cantamos: “Ven Jesús muy esperado, ven y quita de tu grey, sus temores y pecados, pues tú eres nuestro rey”, y porque, ¡Adviento, es tiempo de esperanza! 

Telesforo Isaac


lunes, 7 de noviembre de 2022

PEQUEÑOS Y VULNERABLES

 

Foto: Pixabay de uso libre

Llevábamos  un grupo de 4  pequeños escolares, tres chicas y un varoncito de entre 9 y 10 años a visitar el oftalmólogo. Se trata de niños de una comunidad empobrecida, favorecidos por una misión que les provee escuela, alimentación y cuidados en área de salud física, emocional y espiritual.

El punto de encuentro para esta cita médica sería por supuesto, la escuela. Al Recogerlos, notamos que una de las niñas  llegó con sus ropitas rotas y ajadas. Hubo que hacer un movimiento rápido en el lugar para conseguirle otra vestimenta.

Al subir al transporte, me ocupé de ayudar al jovencito a ponerse el cinturón de seguridad. Me miraba maravillado y sonriente mientras exclamaba “ ¡Wow, nunca había usado un cinturón de seguridad!”

Mi esposo conducía y una maestra del centro nos acompañaba. Yo me senté detrás entre dos de las niñas.  El estómago de una de ellas crujía tan fuerte que los demás escuchamos  y reímos porque nos pareció gracioso.  Entonces ella dijo: “ Tengo taaanta hambre!” .  Me avergoncé de haber reído y le prometí que tan pronto llegaremos a destino, les compraría desayuno.

Mientras avanzamos por la ciudad, estos pequeños expresaban  sorpresa y admiración por los túneles que pasamos y los edificios en el recorrido. Fue chocante para mi pensar que, viviendo en zonas marginales no tan distantes del centro de la ciudad, estos pequeños estuvieran disfrutando esto como un paseo, como una experiencia extraordinaria.

En el centro médico, hicimos de todo un poco para entretenerlos en la sala de espera, mientras el doctor recibía a cada uno. Comimos, jugamos y compartimos risas y lágrimas. Una de las niñas dijo tener sueño y se recostó en mi regazo. Fue cuando pude notar los piojitos que inundaban su cabello. Su descanso fue interrumpido con el llanto de la niña que salía de la oficina del doctor, emocional porque su problema de visión era más serio de lo que esperábamos. La tuve abrazada a mi hasta que se calmó.

Yo pasé solo una mañana con 4 chicos y tenía el corazón quebrantado. Así que,  considero héroes a quienes dedican su vida a estas misiones y todos sus días están trabajando con cientos de pequeños vulnerables, cuya condición en general es que les falta casi todo.

El perfil de un niño en riesgo es:

·      Un hogar roto, madre soltera y trabajando…padre ausente

·      Un hogar roto, ambos padres ausentes, criados en el contexto abuelos o tíos, usualmente marcados por la carencia de afecto.

·      Hogar de extrema pobreza, padres iletrados o de baja escolaridad (Y en consecuencia poca conciencia de la necesidad de enviar los niños a la escuela);luchan por una subsistencia cotidiana, poca y mala alimentación, salud precaria,

·      Hogares marcados por el hacinamiento, el alcoholismo, el abuso en todas sus manifestaciones… todo un drama.

Estos pequeños, por tanto, están en alto riesgo de perpetuar  el círculo de pobreza y miseria.

Foto: Durante la visita con los niños al oftalmólogo. 

En el evangelio de Marcos, capitulo 10, del 13 al 16 hallamos una escena en la que muchos adultos traían sus niños a Jesús para que los bendijera. Los discípulos reprendían a estas personas pensando que los niños molestarían o interrumpían la agenda del Señor. ¡Nada más equivocado!

Hoy como ayer, llevar a los niños a Jesús es lo mejor que podemos hacer por ellos.  Cuando esto hacemos, Él los abraza y los bendice, y nos declara que Su Reino le pertenece a los niños y todos aquellos que vengan a él tan ingenua y confiadamente como un pequeñito.

Parece ser que, en un mundo caído, con estados fallidos, sistemas corruptos y hogares rotos o disfuncionales, seguiremos necesitando  que las iglesias y fundaciones  de base cristiana sigan asumiendo la tarea de proveer soluciones alternativas para estos pequeños inocentes. Gente con vocación de rescatar, de mitigar carencias y de proveer espacios seguros y afectuosos para estas criaturas. 

El fruto de estos esfuerzos ha hecho y seguirá haciendo la diferencia en el destino  terrenal y celestial de muchos niños pobres en el mundo.

viernes, 4 de noviembre de 2022

AMBICIONES ¿CUANTAS TIENES YA?

 

El ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha pensaba que podía  haber hecho jaulas para pájaros y palillos de dientes si  su cerebro no hubiera estado tan lleno de ideas de caballería.  La mayoría de la gente tendría éxito en las pequeñas cosas si no estuviesen preocupados con las grandes ambiciones.

Southey dijo: "No es del hombre el descansar en absoluto contentamiento. Ha nacido para alimentarse de esperanzas y aspiraciones, como las chispas vuelan hacia arriba,  a menos que haya embrutecido su naturaleza y apagado su espíritu de inmortalidad que es su porción."

Sin embargo, hay que canalizar las ambiciones, pues estas  pueden ahogar la palabra de Dios y hacerla infructuosa en nuestras vidas. Jesucristo dijo, en el contexto de la parábola del Sembrador: "el que fue sembrado entre espinos, este es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra y la hacen infructuosa." Si desea salvar su alma eternamente, tenga cuidado con sus ambiciones.

(Foto por Georgina Thompson. Don Quijote en Casa de Campo, Rep. Dominicana)


OPORTUNIDAD

Después del silencio, más silencio.  Paredes blancas, techo blanco, salones blancos.  Sentimientos: Incertidumbre, confusión, temor, impotencia.

Ahora alguien viene, puede oír pasos acercándose: entonces la puerta se abre y un hombre vestido de Blanco aparece seguido por atrás, de otros vestidos de verde, su cama está siendo movida, pero él no reacciona, solo sus ojos revelan que aún está vivo.

La lenta procesión por el corredor le recordó las ocasiones en asistió a los funerales de familiares y amigos, la muerte había sido siempre para los demás.  Él siempre había sido fuerte, arrogante y arriesgado.

Una nueva habitación.  Una fuerte luz sobre su cara. Podía escuchar el sonido agudo de objetos metálicos y luego, solo silencio una vez más.

Otro día comienza.  Él abre sus ojos; caras sonrientes alrededor de la cama.  todavía está aquí- le dijo una voz familiar.

Si, pensó El, estoy todavía aquí ¿Por qué? ¿Para qué?

(Foto: Pixabay de uso libre)

miércoles, 2 de noviembre de 2022

ENRIQUECER

 


“…La vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee” Lucas 12: 15

El promedio es el indicador estadístico que menos me simpatiza, porque digamos, si usted tiene dos gallinas y yo no tengo ninguna, en promedio tenemos una gallina por persona.  Con datos así quedan maquilladas muchas realidades que nos impiden ser conscientes de los desequilibrios que se dan en la distribución de los recursos para subsistir en este mundo.  Los más pobres suelen aspirar a cambiar de situación.  Muchos que disfrutan de holgura económica viven de espaldas a la realidad de los demás.

Cuando su experiencia personal es la de alguien que ha tenido recursos limitados, que ha tenido que esforzarse, disciplinarse, trabajar duro y sufrir carencias, perder sueño, padecer estrés, posponer sus propios antojos o renunciar a ellos con el objetivo de superarse o mejorar su calidad de vida, le puede resultar difícil entender el perfil de una cultura hedonista que florece en medio de tener garantizados los elementos necesarios para la cotidianidad.  Un escenario en el que la gente está tan cómoda y satisfecha, que no aspira a nada, que no tiene metas, excepto pasarla tan bien como se pueda.  Se hace difícil creer que ese mismo nivel de bienestar pueda llevar al individuo a sacrificar relaciones significativas  por dar prioridad a cosas materiales.

Sea cual sea nuestra condición económicamente hablando, nos conviene preguntarnos  ¿Qué es lo que satisface al alma? Aunque sea válido aspirar  a tener un estilo de vida plácido, ¿Es eso el todo de la vida?  

Consideremos invertir en la eternidad,  viviendo vidas productivas, caracterizadas por la generosidad y el desapego a lo material.

¡CORRE, CORRE TAN RAPIDO COMO PUEDAS!!!


“…Corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante”  Hebreos 12: 1.

¡Corre, corre, tan rápido como puedas! No me  puedes alcanzar. ¡Soy el hombre de jengibre! Este cuento infantil que siempre me ha hecho mucha gracia. Correr suele implicar prisa, aunque no siempre se tenga sentido de dirección.

En las películas es muy típico que veamos escenas de persecución en las que alguien corre por miedo al peligro, intentando escapar de algo o de alguien.  Otros corren para atrapar al que huye, usualmente sospechoso de algún delito. En el deporte, nos entusiasman las competencias en que los  atletas corren en una pista rodeados de una gran cantidad de espectadores que aclaman a sus favoritos para incentivar su impulso. Los primeros en llegar a la meta saborean gloria, regocijo y premios.

En las Sagradas Escrituras, correr es una ilustración, utilizada por más de un escritor como figura del avance de los creyentes en el camino de la fe. El autor de Hebreos  usa la figura de una carrera luego de resumir lo que muchos hombres y mujeres lograron en tiempos antiguos por medio de la fe en el Dios verdadero. En esas personas tenemos una numerosa cantidad de ejemplos. Esto implica que nosotros también podemos ir adelante por la fe. El propio Señor Jesucristo es nuestro supremo ejemplo y a la vez nuestra gloriosa meta. Es una invitación a considerar que la vida cristiana es una carrera de fe, que se corre con paciencia. No es una competencia, todos estamos llamados a alcanzar la meta y lo que Pablo llama “el premio del supremo llamamiento de Dios”.

Nosotros también podemos vivir más con sentido de trascendencia, sabiendo que todo lo adverso que podamos sufrir en esta vida será superado por un final gozoso y glorioso.

sábado, 16 de julio de 2022

TRABAJAR O MORIR

 

Imagen por Robin Higgins / Pixabay / de uso libre

“Más personas mueren el lunes por la mañana a las 9 am que en cualquier otro momento”. El dato es citado, resaltado y destacado en el libro “The Energy Bus” (El Bus de la Energía, del autor Jon Gordon) el cual  estoy leyendo esta semana. Los personajes de esta obra novelada de superación laboral y personal comentan que mucha gente prefiere morir antes que regresar el lunes al trabajo.

Otra publicación cita a la CDC de Estados Unidos, para precisar qué día y por qué causas muere más gente en dicha nación. El lunes tiene prevalencia en muertes por ataques cardiacos.  

Las bromas que hacemos sobre como iniciamos el primer día de trabajo de la semana, tan distintas a las caritas felices del viernes, refleja un paradigma que se ha entretejido en la dinámica laboral.

Hemos satanizado el lunes, como si regresar al trabajo fuera un acto adverso e indeseado.  Sin duda, si el lugar de trabajo tiene un clima tóxico y los empleados sienten niveles insanos de ansiedad de solo pensar en su empleo, se puede validar esta inferencia estadística.

La perspectiva cristiana del trabajo es distinta. Trabajar es parte relevante del propósito y significado que Dios le imprime a la existencia del ser humano. Dios trabaja, Jesús trabaja, sus seguidores trabajan. Con el fruto del esfuerzo y de la diligencia, obtenemos los recursos necesarios para el sustento personal, familiar y aportamos a la sociedad en conjunto.

En todo el libro de Proverbios hallamos inspiración y consejos para fortalecer una actitud amigable hacia el trabajo. Lo mismo pasa con Eclesiastés, donde Salomón profundiza en la búsqueda del sentido a toda esta vorágine de lucha y afán laboral, como apreciamos en estos versos:

¿Qué provecho saca el trabajador de tanto trabajar?  He visto todo el duro trabajo que Dios dio a los seres humanos para mantenerlos ocupados… Aprendí que lo mejor que puede hacer la gente es ser feliz y disfrutar mientras viva, pues Dios quiere que todos coman, beban y disfruten de su trabajo. La vida es un don de Dios.[1]

La ecuación no tiene que ser Trabajar o Morir. Hay que esforzarse, y de ser posible, apasionado de lo que uno hace, aunque no siempre tenemos el empleo deseado.  Muchas veces hay que lidiar con frustraciones implícitas en el entorno laboral.  Esas variables no las podemos controlar.  Pero hay opciones respecto a nuestra actitud que podemos mejorar.  La Biblia también dice: “Cuando hagan cualquier trabajo, háganlo de todo corazón, como si estuvieran trabajando para el Señor y no para los seres humanos.”[2]

Podemos, y nos conviene, renovar nuestro ánimo y sentido de dirección respecto al trabajo y así iniciar y concluir el lunes y cada día de trabajo con un buen espíritu.



[1] Eclesiastés 3: 9-14

[2] Colosenses 3:23, La Palabra de Dios para Todos, PDT