Hoy se celebra el Día del Libro. Por decisión de la UNESCO, el 23 de abril de 1996 se celebró el primer Día Mundial del Libro, y del Derecho de Autor haciéndolo coincidir con el aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes y William Shakespeare (ambos fallecidos ese mismo día de 1616). Los primeros libros fueron escritos en piedras, tabillas de arcilla, ladrillos de barro, papiro, pergamino, fabricado éste último con pieles de cordero u oveja convenientemente preparadas. Así, los hindúes escribían en hojas de palmera, los chinos en rollos de seda, los egipcios en papiro. De esta forma, las riquísimas bibliotecas de Alejandría atesoraron pliegos valiosísimos, a veces de enorme extensión.
La necesidad de conservar conocimientos y pensamientos recopilados, hizo que los monjes de la Edad Media copiaran, pacientemente, obras a mano, llamadas "manuscritos" y que, generalmente, se conservaban en las bibliotecas de los conventos.
La invención del papel y de la imprenta logran hacer del libro un elemento de cultura, accesible al pueblo. El primer texto impreso por Gutenberg, inventor de la imprenta, fue la Biblia.
El Director General de la UNESCO, Koichiro Matsuura, el año pasado con motivo del Día Mundial del Libro expresó: "...La sola producción y adquisición de libros no basta. Por ello, nuestra profunda convicción es que cuanto mayor sea el número de individuos de cada pueblo que tengan acceso a la lectura, mayor será la posibilidad de expresarse, de acceder al pensamiento de los otros y a la pluralidad de culturas. Las condiciones de la tolerancia, de la comprensión recíproca y de la paz serán así reunidas en el espíritu de los seres humanos. Debemos lograr que la esperanza pueda escribirse y leerse."
La invención del papel y de la imprenta logran hacer del libro un elemento de cultura, accesible al pueblo. El primer texto impreso por Gutenberg, inventor de la imprenta, fue la Biblia.
El Director General de la UNESCO, Koichiro Matsuura, el año pasado con motivo del Día Mundial del Libro expresó: "...La sola producción y adquisición de libros no basta. Por ello, nuestra profunda convicción es que cuanto mayor sea el número de individuos de cada pueblo que tengan acceso a la lectura, mayor será la posibilidad de expresarse, de acceder al pensamiento de los otros y a la pluralidad de culturas. Las condiciones de la tolerancia, de la comprensión recíproca y de la paz serán así reunidas en el espíritu de los seres humanos. Debemos lograr que la esperanza pueda escribirse y leerse."
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