Después que Moisés había estado con Dios, “su rostro resplandecía” (Éxodo 34:29). Las mujeres que pasan tiempo con Su Señor también irradian y reflejan la imagen de Dios. Gozo, fidelidad, humildad, resignación, amor, paz, paciencia, bondad, generosidad y perdón llegan a ser parte de sus vidas diarias. Estos atributos son evidentes en las mujeres que oran juntas en los grupos de oración del Proyecto Ana por todo el mundo. Dios está obrando en y a través de ellos.
Al orar por otros, muchos intercesores del Proyecto Ana experimentan el poder de Dios tocando sus propias vidas. En respuesta, fervorosamente tocan a otros con Su amor. Esto fue bien evidente en Angola este año. Las mujeres dieron sus testimonios de cómo Dios las capacitó para perdonar a sus maridos infieles y a sus amantes.
“Mi esposo tomó otras mujeres porque yo le daba bebés niñas; él quería que estas amantes le dieran varones. Una de las amantes de mi esposo vino un día a mi casa para pedirme perdón. Mi esposo la abandonó con una beba. Nos abrazamos y lloramos.”
“Por 33 años odié a la mujer que fue amante de mi esposo. Al empezar, hoy, me di cuenta que ella está aquí en este lugar y que es miembro de este ministerio. Yo la quiero perdonar. Querida hermana, por favor levántate. Quiero perdonarte y no quiero odiarte más. No quiero ser un obstáculo para este ministerio.”
“Mi esposo también dejó el hogar por esta misma razón, quería un hijo varón. Yo sólo tuve niñas. Su última hija fuera del matrimonio está viviendo conmigo y lleva mi nombre. Todo esto lo hago en el amor de Jesucristo.”
Alabado sea el Señor por lo que Él está haciendo en las vidas de las mujeres. “Porque nada es imposible para Dios” (Lucas 1: 37)