"Si no quieres perderte en el olvido tan pronto como estés muerto y enterrado,escribe cosas dignas de leerse, o mejor aún, haz cosas dignas de escribirse... - Benjamin Franklin


domingo, 28 de junio de 2009

UN LATIGO PARA EL CABALLO

Por Marina Thompson (Yes, my sister)
Lectura: Salmo 32

“No seáis como el caballo, o como el mulo sin entendimiento” Salmo 32:9

Varios meses después de mudarnos a la región norte del país, recibí la agradable visita de una de mis hermanas, con su pequeña hija Judith, que aun no cumplía su tercer año. Mi sobrinita quedo maravillada al ver algunos niños que pasaban cabalgando por el frente de nuestra casa. Luego al regresar a su hogar, ella hizo la siguiente petición a su abuela: “Yo quiero que me regalen un caballo", y añadió: " y un látigo para darle al caballo”.
Fue muy significativo para mí, ver que una niña de tan poca edad, supo percatarse de que es necesario más que palabras para tratar con ciertas categorías de bestias.
En el libro de los Salmos, se nos hace una recomendación, a la cual hacemos bien en estar atentos, se nos exhorta “a no ser como el caballo o el mulo", que, como animales son carentes de la capacidad de razonar. En el mismo salmo David declara que mientras guardó silencio en cuanto a su pecado, la mano del Señor se agravó sobre él.
Es erróneo pensar que todas las situaciones difíciles que llegan a nuestras vidas, son consecuencia del pecado, pero habrá momentos en que la mano del Señor será fuerte sobre nosotros. Es en esos momentos cuando debemos reflexionar sobre nuestras vidas y corregir todo aquello que entendemos debe ser corregido.

Dicen que errar es de humanos, pero más de humanos debe ser reconocer los errores.

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