El amor resuelve problemas. Acepta las situaciones difíciles y busca una forma de superarlas. El amor engendra amor. El amor afecta la personalidad y la perspectiva de la vida. Los pensamientos y palabras de amor están sobrecargados de poder para hacer el bien. El amor crea actitudes positivas y auto confianza. El amor embellece. Amar a otros nos da ánimo y gozo.
Si seriamente queremos dejar a un lado las malas actitudes, debemos rendir al Señor todas nuestras debilidades, fragilidades, defectos de carácter, temores, fracasos del pasado y del presente. Si lo hacemos así, estaremos en camino de ser la persona que queremos ser y que Dios quiere que seamos.
Creo sinceramente que en Jesucristo podemos regular cada pensamiento, estabilizar cada emoción y responder en amor y fe, lo cual resultará en bendición, ya que tales acciones y actitudes testifican de la misericordia de Dios, de su gracia y de su fidelidad.
Hablemos un poco ahora de la fe. La fe es la llave que nos abre el cielo, pero también es clave para nuestro caminar diario. ¿Qué significa tener real fe? Dios desea fe real para nuestras vidas. La fe que es pura, santa, preciosa, sin disfraces, fe libre de hipocresía. Solo con tal fe podemos tener vidas positivas, emprendiendo todo lo que Dios desea para nosotros.
La fe viene a ser la parte más vital de nosotros, la actitud por la cual vivimos. Debe ser activa, no pasiva, ya que “la fe sin obras es muerta”.
CONTINUARA…
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