El personal de Proyecto Ana en el Sureste de Europa (Albania, Bulgaria, Croacia y Rumania) ha testifcado de los efectos devastadores de la pobreza, y deterioro social sobre las familias. La violencia doméstica, el divorcio y el desempleo son la norma en muchos hogares, conduciendo a las personas al alcohol, drogas y lo oculto para librarse del dolor y la desesperación. Estas condiciones también fuerzan a muchas mujeres de esta región para llegar a ser víctimas de tráfco sexual.
Estas mujeres dejan sus países para escapar del abuso y las difcultades en sus hogares, o en busca de trabajo, sólo para ser abusadas y forzadas a la prostitución. En la ex -Europa Sureste -comunista, las iglesias Ortodoxas y Católicas sobrepasan por lejos a los Ministerios Cristianos Evangélicos. En algunos de estos países, otras religiones del mundo dominan la cultura. Las iglesias Evangélicas luchan para proveer sana doctrina, estándares morales y una auténtica relación con Cristo que hace un impacto en las vidas diarias de aquellos que tratan de darle sentido a las falsas enseñanzas que ellos recibieron en el pasado.
El aborto fue estimulado bajo el comunismo como un control normal de natalidad. Algunas mujeres que tuvieron abortos entre los años 1980 y 1990 sufren aún, dolores emocionales y situaciones de salud por los múltiples abortos. En Rumania a comienzos de los años 90, más de la mitad de los embarazos terminaron en abortos
.Por favor únete a nosotras orando por el personal de Proyecto Ana en el Sureste de Europa mientras apasionadamente desean ayudar a las mujeres a entender cuánto son amadas y valoradas por su Creador. Ore para que estas mujeres vean que Dios desea que ellas y sus hijos vivan con dignidad, respeto y propósito a través de Jesucristo.
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