"Si no quieres perderte en el olvido tan pronto como estés muerto y enterrado,escribe cosas dignas de leerse, o mejor aún, haz cosas dignas de escribirse... - Benjamin Franklin


martes, 6 de enero de 2009

CELULAR

Hace varios años entré en la generación de la gente “permanentemente comunicada”. Con el teléfono móvil, se supone que estoy siempre accesible, pero me sorprendo de hallar llamadas perdidas, o mensajes de voz. Hace un par de dias cambiè el aparato, porque el que tenìa, aun dentro de mi oficina, o en la casa de mis padres, no tenia servicio a menos que saliera al patio o a la calle.

Luego de pasar unos dias en un lugar entre montañas, supe que varias personas me llamaron, pero simplemente estaba en un sitio donde mi movil perdìò totalmente la señal. Entonces, aunque pretendiera estar accesible a todo el que me quisiera hablar, me convencì de que no siempre es posible.

En situaciones de dificultad, sabemos de gente que estaría dispuesta a ayudarnos, conocemos personas con las que contamos, pero ninguna de ellas, por más que quiera, puede estar siempre disponible para nosotros, ni nosotros mismos para los demas. Por alguna razón, en algún momento, simplemente, no es posible.

¿Pero sabe que? ¡Es reconfortante saber que a Dios siempre lo hallamos! ¡Al altísimo no se le pierde la señal! ¡El no apaga su móvil, y está siempre accesible, siembre disponible, y atento a nuestra llamada!

Cuando nos acercamos a él por medio de la fe en su hijo Jesús, Dios está listo a responder, 24 horas al día, 7 días a la semana, los 12 meses del año, por el resto de nuestras vidas.

Usted puede tener amistad muy intima con su pareja, con alguna amiga, con su madre, con una hermana, pero admítalo, ninguna persona es 100 por 100 capaz de entenderle, de comprenderle, de estar disponible para usted 24 horas. Solo Dios conoce y puede satisfacer las necesidades más profundas que tengamos. Aunque Dios usa a otros para asistirle, y resolverle, si algun momento le parece que solo cuenta con Dios, se darà cuenta que con El basta. El es todo suficiente. ¡Mire hacia arriba y tòmese de la mano con el Altisimo!

Jeremías 33:3 “Clama a mí, y yo te responderé”

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