En esta tercera entrega del contenido de nuestra tesis, quiero dar un vistazo a los antecedentes del tema Motivación en el campo de la psicología. La tradición occidental de la Teoría motivacional hunde sus raíces en la polémica filosófica entre razón e instinto. Mientras los seres humanos parecen regir sus vidas y sus acciones movidos por la razón, por el esfuerzo y la voluntad, el móvil comportamental de los animales se localiza en los instintos.
Una polémica similar se produce desde principios del siglo XX en la disciplina psicológica a través del binomio Instinto/Aprendizaje. Mcdougal es el principal exponente de esta teoría, que establece que los instintos no solo impulsan la actividad humana, sino que también fijan las metas hacia las que la actividad se dirige.
[1]A partir de la segunda década del siglo XX surge con enorme fuerza el conductismo de Watson, cuya tesis básica era que no solo los motivos influyen en el aprendizaje, sino que los motivos también pueden aprenderse.
Luego llega el aporte de Hull, que explica el comportamiento a partir de dos conceptos motivacionales activadores, el impulso y el incentivo, y otro, de aprendizaje asociativo. Motivación y aprendizaje representan para el modelo neoconductista los ejes explicativos de la conducta. En el reparto de tareas, a la motivación se le asigna la activación o energetizacion del comportamiento, mientras que los principios de aprendizaje asociativo se responsabilizan de marcar el rumbo dirección hacia la consecución de las metas establecidas.
Abordar con cierta claridad, precisión y exactitud el significado de "Motivación" nos remite a su origen, que establece que este termino deriva del vocablo latino "Movere" que significa mover. Dessler lo considera como un reflejo del deseo que tiene una persona de satisfacer ciertas necesidades.
[2] Frederick Herzberg dice: La motivación me indica hacer algo que tiene que ver con las fuerzas que mantienen y alteran la dirección, la calidad, y la intensidad de la conducta.
[3] Jones afirma " Motivación es la forma en que la conducta se inicia, se energiza, se sostiene, se dirige y se detiene". Stephen Robins nos advierte que se entiende como motivación " La voluntad de llevar a cabo grandes esfuerzos para alcanzar las metas organizacionales, condicionadas por la capacidad de esfuerzo para satisfacer alguna necesidad individual."
[4]En el estudio del comportamiento humano, pocos conceptos han suscitado más interés y despertado tantas expectativas como las vinculadas en los procesos motivacionales. Los psicólogos sin embargo, no se muestran unánimes respecto del papel que la motivación desempeña en el análisis explicativo de la conducta. Mientras que para algunos se concibe como un tema psicológico preferente, otros lo interpretan como una noción superflua, destinada a desaparecer del vocabulario de la investigación experimental.
Sin motivación como parte central de la psicología, no hay movimiento, ni actividad psíquica ni es posible el comportamiento.
Las definiciones más compartidas de lo que es la motivación involucran al conjunto de procesos que se interesan por las causas de que se hagan o de que se dejen de hacer determinadas cosas o de que se hagan de una forma o de otra. Se trata evidentemente de un constructo teórico no solo básico para la psicología, sino, además, ambicioso por las metas planteadas.
En el estudio del comportamiento humano, la motivación ha suscitado gran interés y un sin número de expectativas. La relevancia de la motivación es de tal magnitud que algunos se han atrevido a afirmar que una psicología que no conceda a la motivación un lugar preponderante en sus preocupaciones no es objeto de llamarse ciencia de la conducta.
La psicología se ha aproximado al estudio de la motivación humana desde perspectivas muy diversas. Mientras el psicoanálisis, por ejemplo, sostiene que las motivaciones básicas son de carácter inconsciente, aunque producen efecto en la conducta-- gran parte de la psicología experimental y en particular, los enfoques cognitivos y socio-cognitivos se han interesado por el análisis motivacional de las actividades voluntarias, tal como cuando un empleado por falta de motivación registra una baja productividad o decide dejar el puesto.
Los enfoques sociológicos y antropológicos representaron otro obstáculo importante al ofrecer datos transculturales que cuestionaban el supuesto de un nudo motivacional común a toda la humanidad, tal como atestiguaba McDougal
[5]. Tres argumentos fundamentales esgrimen las investigaciones sociológicas y antropológicas para rechazar las supuestas entrevistas basadas en predisposiciones genéticas heredadas de forma universal.
En primer lugar los estudios desde la antropología social demuestran que la estructura de los motivos varía enormemente de una cultura a otra. En segundo lugar, sociólogos y antropólogos consideran que si el concepto de instinto es algo orgánico, debe tener una localización que ha sido infructuosa respecto de algunos motivos básicos como el hambre, la sed o el sueno y totalmente inapropiada en relación a motivaciones específicamente humanas como el afán de poder o la necesidad de logro. La tercera razón argumentada es la enorme complejidad de los motivos sociales que parecen encajar mejor con la explicación relativa a las situaciones sociales a las que cotidianamente se enfrentan los seres humanos.
Finalmente, la psicología humanista incorpora los motivos de crecimiento y desarrollo a la tipología motivacional humana. De acuerdo a la perspectiva holistica, algunos psicólogos representan al ser humano como un sistema unitario, de manera que, cualquier motivo que afecta una parte del sistema afecta a toda la persona.
Hugo Munsterberg, con doctorado en Psicología de la Universidad de Leipzig en 1885, propuso que el papel de los psicólogos en la industria debería ser:
1. Ayudar a encontrar a los individuos más aptos para el trabajo.
2. Determinar en que condiciones psicológicas se puede obtener la máxima productividad del hombre.
3. Producen sobre la mente humana la influencia deseada en el interés de la administración.
Producto de sus investigaciones, las que compartió con sus estudiantes, relativas a la aplicación de la psicología en la industria, escribió su libro "Psicología y la Experiencia Industrial".
[6]Por otro lado, Walter Dell Scott, notable educador norteamericano pensaba que el factor humano había sido descuidado durante demasiado tiempo por la administración, por el hecho de que la selección y la supervisión adecuada no se habían mantenido al mismo paso que los avances tecnológicos. Creía Scott que debido a las pobres políticas de personal, el obrero promedio trabajaba a nivel de eficiencia considerablemente menor a lo normal. A el le preocupaba particularmente la motivación y las actitudes de los empleados en la producción.
El énfasis de Scott difería del de Mustenberg en que el primero se interesaba en la importancia de las actividades en la motivación y la productividad, en tanto que el segundo enfatizaba sobre los administradores y sobre la aplicación de la psicología en la eficiencia industrial. Ambos científicos trataban el mismo problema, pero lo enfocaban desde diferentes ángulos de la ciencia de la psicología. A través de sus esfuerzos y dedicación en aplicar la psicología a la administración, nació la psicología industrial como uno de los más importantes aspectos de la ciencia administrativa.
[1] Ester Heredia, Marco Conceptual de la Motivación humana, Documento de Internet.
[2] Dessler, E. Organización y Administración, Enfoque situacional. Edit. Prentice-Hall, Inc. 1979, Pág. 202, párrafo 3.
[3] IBID 4,
[4] Robbins, Stephen P. Y Coulter, Mary Administración. Editorial Prentice-Hall 5ta edición, 1996, pág. 530, párrafo 4.
[5] IBID 4
[6] IBID 4
CONTINUARA...