Por Rafael D. Grullón (Yes, el abuelito Gruger)
“…Porque: ¿Qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece." (Stgo.4:14)
A pesar de que la muerte, nuestro más formidable enemigo, impone sus antojos sin que nada se lo impida, el hombre ha estado empeñado en una cruzada para vencerla. Ponce de León, fue uno de los visionarios que creyó en la existencia de una supuesta “Fuente de la Juventud” y así emprendió la infructuosa tarea de encontrarla y terminó en otro fallido intento de descubrir lo inexistente. En el frente científico se han gastado ingentes sumas para prolongar las expectativas de vida, fruto de lo cual son los nuevos medicamentos que han logrado la cura de muchas enfermedades. Pero de ahí a prolongar la vida más de lo que establece la Bíblia (Sal. 90:10), es otra cosa. Y aunque la ciencia siga avanzando, nunca habrá “eterna juventud”, ni como burlar a la temida muerte. La Biblia dice: “Está establecido a los hombres que mueran una vez, y después el juicio” (Heb. 10:27). Tan cierta es la inexorable muerte como el juicio inapelable que viene luego.
Ancianos, jóvenes y niños, seguirán muriendo. Penderá sobre el hombre la muerte súbita, o la lenta agonía de una dolencia terminal. Pero, inmortalidad fuera de Cristo, imposible. El “paraiso” de los mártires genocidas del Islamismo, con acceso a hermosas vírgenes, será siempre el recurso infatuado de los “talibanes” de todos los tiempos, y será un vano intento de burlar los designios del Todopoderoso. Pero, Jesucristo venció la muerte para darnos la esperanza de alcanzar inmortalidad, lo cual es por pura gracia. Ni más ni menos.
La vida es breve…Pero la eternidad en Cristo es REAL.
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