"Si no quieres perderte en el olvido tan pronto como estés muerto y enterrado,escribe cosas dignas de leerse, o mejor aún, haz cosas dignas de escribirse... - Benjamin Franklin


domingo, 6 de septiembre de 2009

OTRA VEZ : NOSTALGIAS DEL 11 DE SEPTIEMBRE

A lo mejor usted se acuerda dónde estaba y qué estaba haciendo a las 9 de la mañana del 11 de Septiembre del 2001. Yo no puedo olvidarlo, y aun me conmuevo intensamente cuando estos recuerdos me sobrevienen. 

Yo estaba en Sao Paulo, Brasil, en el segundo día de nuestra semana participando en la reunión anual del Consejo Regional para América Latina, CRAL, que reúne a los directores de las oficinas hispanas de Radio Trans Mundial.

Estábamos desde unos minutos antes, compartiendo el devocional previo a abordar los puntos de la agenda del día. Cada uno de los colegas, estaba ubicado en su lugar en la sala de reuniones designada para nosotros en Rancho Silvestre, resort y centro de convenciones en Embu Das Artes, lugar en el que nuestros encuentros se hicieron frecuentes por las facilidades que ofrece.

Eduardo Dias (Edù) nuestro anfitrión en aquella oportunidad, no estaba en su silla, pero de pronto aparece en el salón con una seria expresión en el rostro. Pide la palabra y empieza diciendo que le parece que “sería bueno que interrumpiéramos la reunión de la mañana y fuéramos a nuestras habitaciones a ver la televisión, porque unos aviones se habían estrellado contra las torres gemelas de NY.” Conociendo a Edù como un hombre simpáticamente bromista, yo me sonreí, pues juraba que se trataba de una broma. Sin embargo, al momento entró también su esposa y en el semblante de ella, pude ver que no se trataba de un chiste. Efectivamente, antes de llegar a la habitación ya podía notar que el ambiente del resort se había enrarecido y me percataba de que en los cohabitantes del lugar, en su idioma natal, portugués brasilero, estaban alarmando a todos que corrieran a ver las noticias en la TV.

Perpleja, ante las imágenes que en vivo nos llegaban del curso de los acontecimientos, nerviosamente intentaba comunicarme a Nueva York con mi Abuelita Doña Alberta. Mis planes de retorno a Dominicana incluían una ruta Sao Paulo-New york dentro de tres días más. La comunicación era imposible. Dos días después conseguí hablar con mi abuela, quien no volvió a ser la misma después de aquel fatídico día y no me queda duda de que este evento acortó sus días, pues semanas después cayó en un estado de salud del que no se recuperó, dejando esta vida el 31 de Diciembre del 2001.

Ya sabía que no podría llegar a NY en mucho tiempo… La aerolínea fue capaz de hallar un vuelo de regreso a Dominicana para mí, no tres días después, sino una semana después, por otra ruta. Me sentí afortunada de poder regresar a mi país cuando aun mucha gente se hallaba impedida de trasladarse fruto del trastorno en los vuelos y el cierre de aeropuertos tan importantes como el JFK.

Ese dìa no solo se destruyeron edificaciones; se destruyeron vidas, sueños y planes. El rumbo y los paradigmas de mucha gente cambiaron para siempre. Hasta aquel evento, viajar era una de mis experiencias preferidas. A partir de ahí, viajar se me antoja fastidiosamente traumático. Conseguí ir a NY un par de meses después, en noviembre del 2001, ya solo para hablar al oído de una dama, antes vivaz y enérgica, ahora consumida en un estado de coma en el lecho de un hospital en el Bronx. Le hablaba, le oraba y le rogaba que si me oía, apretara mi mano, mi deseo era tan fuerte que me parecía que ella movía su mano. Pero me alentaba ver sus ojos húmedos por unas escasas lágrimas, señal de que al menos ella me podía escuchar. Las calles frías y grises de Nueva York se me antojaban tenebrosas, llenas de desesperanza y desolación. Cuando mi abuelita murió, ya no quise volver allà. Nada ni nadie me inspiraba regresar. He vuelto un par de veces màs, en breves tránsitos, pero no he sabido detenerme a disfrutar la ciudad.


Otra vez muchos lloran recordando a sus seres queridos, victimas directas o indirectas de la tragedia. Otra vez muchos preparan reportajes y ediciones especiales de radio, prensa y televisión al respecto. Muchas predicaciones plantearàn otra vez el por qué algo así llegó a ocurrir. Otras vez muchos plantearàn sus opiniones políticas y justificaciones a la guerra y la lucha contra el terrorismo. Otra vez el 11 de septiembre será un día para reflexionar y aprender de los golpes que nos da la vida, y entender que aun de entre los escombros puede resurgir vida y esperanza otra vez.


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