Para identificar a un adicto se deben tomar en cuenta tres aspectos muy importantes que son: Cambios en el aspecto físico, cambios en las costumbres y cambios psicológicos de la persona en cuestión.
Entre los cambios físicos están: Pupilas dilatadas, ojos rojizos, pérdida de peso, nariz irritada, dedos marcados y pinchazos en las venas en piernas y brazos.
Entre los cambios de costumbre, están: el descuido del aseo personal, uso de camisas mangas largas, permanencia por mucho tiempo en el baño o la habitación, pérdida de dinero y objetos en el hogar, salidas imprevistas, y cambios en los hábitos de alimentación y sueño.
Aspectos psicológicos que cambian:
El carácter: adoptan una actitud solitaria y apática, disminuye su capacidad de aprendizaje, y su sistema nervioso y su cerebro sufren grandes daños.
Cuando el evangelista logra penetrar con la Palabra de Dios al adicto y éste la acepta, se debe recomendar y tratar de persuadirlo para que busque ayuda de alguna institución cristiana que se dedique a trabajar con este tipo de personas, y más importante aun, que siga dando seguimiento a su hijo en la fe, con visitas periódicas, ya que, recuerde, usted es su amigo.
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