Nuestro día de 24 horas está basado en la rotación de la tierra sobre su eje.
Nuestros años de doce meses están basados en la rotación de nuestro planeta alrededor del sol. Por otro lado, la única base para la semana de 7 días que es utilizada en todo el mundo como un patrón para el estilo de vida de la humanidad, es el ejemplo del creador: fueron acabados los cielos y la tierra y todo el ejército de ellos. Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo, y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. (Gènesis) La semana de Dios incluía el descanso en el séptimo día y el trabajo durante los seis días anteriores, dándonos un patrón para la disciplina en nuestra vida.
Nuestra sociedad se está volviendo cada vez mas indisciplinada. Mucha gente trabaja mediocremente, llegan a tiempo si puede, termina un trabajo si quiere, quejándose todo el tiempo por el salario o buscando beneficios mas lucrativos. Dios trabajó de manera persistente y firme cada día a lo largo de cada día hasta que el trabajo de crear todas las cosas fue terminado. Dios entiende lo que es comenzar cada día por la mañana, ir a trabajar, dedicarse a un proyecto pendiente, cumplir cada meta día tras día hasta que el trabajo queda terminado a satisfacción. El trabajo semanal de Dios fue puntual, ordenado, preciso, limpio, completo, planeado y orientado a la meta.
Nuestro planeta, así como nuestra vida, es el resultado del trabajo meticuloso de Dios, de su tiempo personal y de su esfuerzo. ¿Cómo lo hizo? Trabajando constantemente.
¿Cómo es tu semana? ¿Has trabajado sin esmero y solo por cumplir con lo mínimo que se te requiere? ¿Eres perezoso y despreocupado serio y comprometido en tu semana de trabajo? ¿Le tienes miedo al trabajo duro? Con frecuencia tenemos la tendencia a abandonar un trabajo antes de que lo terminemos porque es demasiado duro o porque deja de interesarnos, o porque recibimos una mejor oferta en otra parte. El creador ha plasmado en cada uno de nosotros la capacidad de experimentar una satisfacción tremenda en el trabajo no solo para que sea terminado, sino para que quede bien hecho. Si lo abandonamos antes de terminar, nos perdemos de esta satisfacción que viene con la culminación.
Algunas veces pensamos que no tener que trabajar es un lujo reservado solo para los ricos y famosos, cuando en realidad es una privación. Una de las razones por las cuales el desempleo es tan devastador es porque cuando una persona está sin empleo, esa persona está por fuera del plan de Dios para vivir y por lo tanto está fuera de la satisfacción que proviene del trabajo y del sentido de culminación uy propósito que trae.
Dios nos ha dejado su empleo, tanto en el principio como cuando Dios se encarnó en Cristo. Jesús sabía que había sido enviado a la tierra para salvar a la humanidad del pecado. Aun así, trabajó como carpintero en Nazaret. ¡Y nosotros a veces nos preocupamos por que nos sentimos demasiado calificados para un empleo!
Aunque el apóstol Pablo sabía que había sido enviado por Dios para evangelizar al mundo, estableciendo la iglesia en el primer siglo, él se sostuvo a sí mismo y a otros fabricando tiendas.
Piensa mi amigo, mi amiga ¿Qué trabajo piensas que está por debajo de ti? Muchas veces las personas rechazan trabajos a menos que sea un puesto que se corresponda con sus títulos y metas. Alrededor de nosotros encontramos hombres y mujeres quienes son despedidos porque la compañía redujo personal, se quedan sentados esperando que les llamen del lugar donde hayan dejado sus hojas de vida y se quejan de seguir desempleados. No en todo lugar hay suficientes empleos disponibles, pero donde los hay, también hay gente que nos lo quiere por no cumple con sus expectativas. Trabajar en un empleo honesto es más honroso y respetable que no tener trabajo.
Te pregunto ahora ¿Qué tan similar es tu trabajo semanal al trabajo que dejó como ejemplo el creador? ¿Tienes la disciplina suficiente para trabajar duro en un trabajo que no te resulta tan agradable, que no escogiste, o para el cual tu profesión es superior? ¿Y no solo te dedicas a este trabajo, sino que te esfuerzas hasta terminarlo bien?
Algunas veces, el quebrantamiento en nuestras vidas es inflingido por nosotros mismos, porque somos perezosos, consentidos y egoístas en la manera como gastamos nuestro tiempo. Las instrucciones de Dios enseñan que debemos ser disciplinados si queremos que él enmiende nuestro quebrantamiento.
Pero obviamente, así como unos malgastan el tiempo y no trabajan adecuadamente, otros se sobrecargan de trabajo y no siguen el patrón de Dios en cuanto al descanso. En un principio Dios organizó su semana de manera que quedaba un día para descansar. En el antiguo testamento Dios había señalado el Sábado. La iglesia, luego de la Resurrección de Cristo, se reúne usualmente el domingo para adorar a Dios.
¿Qué hay de ti? ¿En qué medida piensas que serías más saludable mental, física y espiritualmente si un día de tu semana, lo dedicaras a la devoción a Dios? ¿Por qué no hacer del día descanso físico, no solo un día para ir de compras, o de playa, o de paseo, si no un día de renovación espiritual y comunión con Dios?
Adaptado del libro “La aurora Gloriosa” de Ann Graham Lotz.