Haití querida, tierra de determinación y de lucha,
Sin lugar a dudas te levantarás y en Dios abrazaràs la gloriosa Esperanza.
Puerto Príncipe, Dios está con los que sufren.
Tus hijos serán príncipes y tu puerto de Paz.
Del norte, sur, este y oeste, regresaràn tus hijos hablando inglès, francés, español, alemán y creole, para levantarte como la Perla de Las Antillas y el Ébano del Caribe.
Tu apego a la libertad te ha hecho sufrir, pero de tu parte está el gran libertador.
El desastre y el caos hoy cubren tus calles, pero el Espíritu Santo, agente creativo divino aleteará con ímpetu sobre tu realidad y te hará renacer como el águila.
¡Oh mi tierra querida!, ya has tocado fondo en dolor, pero ya muy pronto comienza tu reencarrilamiento hacia el desarrollo y el progreso.
Has perdido vidas, viviendas y riquezas, pero aun permanece viva la Esperanza. Por el país, por la bandera y por los ancestros en Haití florecerá siempre la Esperanza.
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