Empecé el año con la lectura de este libro de las oradoras-escritoras Florence y Marita Littauer (Madre e hija). Ligero en su redacción, con pocos misterios y un fundamento esquemático al encasillar a los comunicadores en 4 personalidades básicas a partir de las cuales proponen una serie de recomendaciones para desarrollar diversos estilos de oradores.
Los puntos luminosos de esta publicación están dirigidos a guiar a las personas interesadas en convertirse en oradores y/o escritores.
¿Por dónde comenzar? Con la convicción de que tenemos un mensaje trascendente que debemos comunicar, algo que la gente necesita escuchar. Invita al lector a evaluar su motivación para dirigirse al público, le presenta pautas para elegir los temas a preparar y desarrollar ideas en base a “semillas de interés”.Entonces vienen instrucciones para la investigación y organización del tema, para luego enseñar sobre cómo infundirle vida y poder a la presentación.
Las autoras plantean que los mejores oradores tienen tanto técnica como pasión, pero aun así, si solo tienes una, la pasión es la mejor. En términos de preparación y técnica plantean un patrón que puede aplicarse a casi todo tipo de exposición: PIER (Puntos, Instrucción, Ejemplos y Referencias).
Con la experiencia, los oradores van descubriendo cuál es su vena entre la diversidad de formatos en los que participan los comunicadores: No es lo mismo un mensaje para la iglesia en un templo, que para un seminario, o un taller o un retiro.
Dos capítulos más me han parecido muy pertinentes: Establecer que HABLAR Y ESCRIBIR constituyen una alianza perfecta. Aconsejan que se desarrolle primero la pericia del orador antes de publicar en un libro, conteniendo un mensaje, que ya se ha compartido, que se ha refinado, y cuya pertinencia se haya comprobado con la retroalimentación que se ha recibido.
Finalmente, a la hora de subir a la plataforma, consejos relativos a la imagen física del orador de acuerdo a su personalidad, contextura física y la ocasión. Importante el concepto de las “ropas que hablan” a veces más fuerte que el mensaje que se va a comunicar. Las escritoras comienzan y terminan su libro con una frase que, por clásica no deja de ser relevante hoy día: “nunca tienes una segunda oportunidad para dar una buena impresión.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Sus comentarios son bienvenidos!