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¿Cuáles son las herramientas necesarias y apropiadas para evitar que la familia enferme?
1. Aprender de los errores de los demás.
Hay una queja generalizada de muchos que pretenden casarse el día de hoy, y se centra en el hecho de que no encuentran modelos de padres, de matrimonios y de familias que puedan imitar, pero sí hay casos,( muchos casos )que nos sirven para saber qué cosas evitar, qué no se debe hacer.
Aprender de los errores de los demás, es mejor que aprender de los errores propios, porque duele menos. Ya se ha dicho que la experiencia es una maestra muy cruel. En este punto de prevenir, los solteros tienen la oportunidad de instruirse tanto como sea posible en lo que ayuda y lo que perjudica el éxito de una familia. No estoy hablando de meterse en la vida de los demás, sino que los ejemplos están a la vista y debemos considerarlos. La Biblia no oculta ninguna de las barbaridades que cometieron muchos de los personajes bíblicos y todo esta escrito para nuestra enseñanza.
2. Honrar a Dios en nuestra familia.
Propicie momentos en que la familia se reúne toda. Comer juntos en la misma mesa y a un tiempo, es una práctica hermosa, en ese momento se da gracias por los alimentos. Ser espontáneos en la devoción para el Señor, de modo que sus hijos vean que Dios tiene el lugar de honor en su casa, Haga arreglos para que su hogar no sea escenario de prácticas que no glorifiquen a Dios.
3. Enseñar a los hijos a sentirse parte de una familia.
Cultive prácticas como describir a sus hijos, en que se parecen a usted y a sus abuelos, hágalos conscientes de amar a sus hermanos y velar por ellos.
4. Dedicarle tiempo especial a los hijos, sin distinción. No se acomode a tratar solo con el que se porta mejor, ni a compararlos ni a consentir a unos más que otros.
5. La asistencia de la familia a la iglesia, con gozo. Haga para sus hijos pequeños el hábito de acudir a la iglesia como si fueran para el parque, porque es una emoción especial para usted ir a la casa de Dios y que ellos lo acompañen con entusiasmo. Mandarlos, obligarlos, golpearlos para que vayan, (si dije golpearlos, porque lo he visto “con mis propios ojos”) los alejaría en vez de acercarlos. Hay que pedirle a Dios sabiduría en este sentido, y nuestras congregaciones deben considerar cómo crear para los hijos un espacio adecuado para que ellos reciban atención e instrucción de acuerdo a su edad.
En la cuarta y ultima parte de esta serie, los factores a tomar en cuenta para evaluar nuestra propia familia.
Continuarà...
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