"Sed hacedores de la palabra y no solamente oidores …” Santiago 1:22
Un hombre fue transferido por su compañía a la Tierra de la mitad, donde todo se hace a medias.El hombre de nuestra historia se sintió frustrado al leer un libro interesante, pues èste no tenía desenlace. En el diario, las noticias indicaban pasar a la página siguiente y al buscar la continuación simplemente no la hallaba. En la radio, mientras disfrutaba de su canción favorita, ésta era interrumpida a la mitad y comenzaban otra. En el supermercado le vendieron media botella de leche y media porción de pan. En el cine pagó por medio perro caliente y media bolsa de palomitas de maíz, solo para sufrir el disgusto de ver que a mitad de la película, apagaron la pantalla, encendieron las luces y todo el mundo se fue.Después de una semana en la tierra de la mitad, el hombre estaba a punto de enloquecer.
El Domingo fue a la iglesia, y se quedó esperando ver cómo serían las cosas allí. Nuestro amigo estaba maravillado al ver que el culto fue completo, y el predicador concluyó con un inspirador mensaje. A la salida se acercó al pastor y le dijo: “Gracias por su mensaje, ¡qué bueno es saber que la iglesia es diferente en esta ciudad!, ¡Que bien haber escuchando un mensaje completo!”--Amigo, replicó el pastor, un mensaje no está completo hasta que los creyentes lo ponen en práctica. Los miembros de La iglesia de la Mitad solo vienen, oyen el mensaje y al salir lo olvidan por completo.
¿Te es familiar la iglesia de La Mitad?
Hola Georgina,
ResponderEliminarEsperemos que, si nuestra Iglesia es una iglesia a medias, el Senor nos ayude a ser una Iglesia completa, para que Su nombre sea glorificado!!
Rosina