AUTOEVALUACION.
Si queremos medir honestamente, delante de Dios, nuestro compromiso con las personas, no podemos ser como esos que se miran al espejo y se retiran olvidando enseguida lo que vieron. Con esto en mente, en actitud de humildad, reflexione en las siguientes preguntas:
1. Manipula usted a la gente para conseguir lo que quiere de ellas. O está usted realmente interesado en ayudar a otros y suplir sus necesidades?
2. Es usted una persona abierta a la interacción con otros? Los demás lo perciben como una persona transparente y sincera?
3. Cuàles son sus actitudes hacia otros? está usted influenciado o controlado por estereotipos y prejuicios? Si es así, ¿Qué efecto está teniendo esto en su forma de comunicar el evangelio?.
4. Le agradan todas las personas? ¿Cómo reacciona ante la gente que no le agrada?
5. Como se acerca usted a los demás? Es usted humilde, amable, sincero? O usted luce arrogante y superior?
6. ¿Cual es su motivación al compartir el evangelio? ¿Aspira a ser un gran evangelista que gana a miles para cristo o está motivado por un sincero deseo de alcanzar a otros?
7. Cómo comparte usted el evangelio? Es usted compasivo y amable o autoritario y exigente?
8. ¿Cómo reacciona a las críticas? Las acepta y aprende de ellas? O reacciona en forma hostil?
9. ¿Qué dice su estilo de vida acerca de usted? ¿Pueden los demás ver a Cristo en usted? O sus acciones y estilo de vida contradicen sus palabras?
10. Es usted la misma persona en privado y en público?
Las autoevaluaciones son difíciles y dolorosas, pidámosle al Señor que hurgue en nuestros corazones y remueva todo lo que le ofende. El hará lo que le pedimos, mas que eso, él nos empoderarà y pondrá en nuestros corazones sus actitudes y el fruto de su espíritu. Como resultado, seremos mucho más efectivos en el ejercicio de la comunicación.
1. Manipula usted a la gente para conseguir lo que quiere de ellas. O está usted realmente interesado en ayudar a otros y suplir sus necesidades?
2. Es usted una persona abierta a la interacción con otros? Los demás lo perciben como una persona transparente y sincera?
3. Cuàles son sus actitudes hacia otros? está usted influenciado o controlado por estereotipos y prejuicios? Si es así, ¿Qué efecto está teniendo esto en su forma de comunicar el evangelio?.
4. Le agradan todas las personas? ¿Cómo reacciona ante la gente que no le agrada?
5. Como se acerca usted a los demás? Es usted humilde, amable, sincero? O usted luce arrogante y superior?
6. ¿Cual es su motivación al compartir el evangelio? ¿Aspira a ser un gran evangelista que gana a miles para cristo o está motivado por un sincero deseo de alcanzar a otros?
7. Cómo comparte usted el evangelio? Es usted compasivo y amable o autoritario y exigente?
8. ¿Cómo reacciona a las críticas? Las acepta y aprende de ellas? O reacciona en forma hostil?
9. ¿Qué dice su estilo de vida acerca de usted? ¿Pueden los demás ver a Cristo en usted? O sus acciones y estilo de vida contradicen sus palabras?
10. Es usted la misma persona en privado y en público?
Las autoevaluaciones son difíciles y dolorosas, pidámosle al Señor que hurgue en nuestros corazones y remueva todo lo que le ofende. El hará lo que le pedimos, mas que eso, él nos empoderarà y pondrá en nuestros corazones sus actitudes y el fruto de su espíritu. Como resultado, seremos mucho más efectivos en el ejercicio de la comunicación.
CONCLUSION.
Por su pertinencia y relacion con este tema, me permito concluir con esta reflexion de John McArthur:
Y yo con el mayor placer gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado menos. (2 Corintios 12:15)
"Ha habido ocasiones en mi ministerio como pastor en las que me he preguntado si alguien escucha lo que enseño. ¿De verdad me aprecian las personas o aprecian la enseñanza de la Palabra? Es fácil caer en ese complejo de lástima de sí mismo.
Tal vez se haya sentido así en su ministerio. De ser así, debe recordar que mientras considere el ministerio en el que está como algo que usted da, no tendrá ese problema. Pero si considera el ministerio como algo que recibe, terminará con un concepto tergiversado de lo que en realidad es el ministerio.
Si alguna vez se siente tentado a considerar su ministerio con una actitud egoísta, asuma la actitud que Pablo mostró en el versículo de hoy. Aun cuando las personas lo odiaran, él seguiría amándolas. La principal característica del amor es dar con generosidad.Señor, ayúdanos a darnos a otros entendiendo siempre que debemos estar enfocados en darnos como Cristo lo hizo, sin reservas y sin esperar nada a cambio, en su nombre! "
"Ha habido ocasiones en mi ministerio como pastor en las que me he preguntado si alguien escucha lo que enseño. ¿De verdad me aprecian las personas o aprecian la enseñanza de la Palabra? Es fácil caer en ese complejo de lástima de sí mismo.
Tal vez se haya sentido así en su ministerio. De ser así, debe recordar que mientras considere el ministerio en el que está como algo que usted da, no tendrá ese problema. Pero si considera el ministerio como algo que recibe, terminará con un concepto tergiversado de lo que en realidad es el ministerio.
Si alguna vez se siente tentado a considerar su ministerio con una actitud egoísta, asuma la actitud que Pablo mostró en el versículo de hoy. Aun cuando las personas lo odiaran, él seguiría amándolas. La principal característica del amor es dar con generosidad.Señor, ayúdanos a darnos a otros entendiendo siempre que debemos estar enfocados en darnos como Cristo lo hizo, sin reservas y sin esperar nada a cambio, en su nombre! "
Como dice el cliché: Si se le olvida todo lo que dije, o no escucho todo por alguna razón, lo único que quiero que recuerde y sepa es que LAS PERSONAS SON MAS IMPORTANTES QUE LAS COSAS.
Espero que lo sepa, que lo crea, que lo viva, cada día, todos los días. Si lo sabe, si ya lo cree, empezarà a vivirlo tan pronto salga de aquí. Se lo aseguro!
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