"Si no quieres perderte en el olvido tan pronto como estés muerto y enterrado,escribe cosas dignas de leerse, o mejor aún, haz cosas dignas de escribirse... - Benjamin Franklin


martes, 17 de febrero de 2009

QUE EL AMOR REGULE NUESTRAS ACTITUDES

Tal vez has oido la sarcástica frase: Yo te quiero.... ¡pero leeeeeejos!
Y tal vez te ha pasado alguna vez, que como creyente te has sentido miserable porque hay una persona en particular que no te cae bien.
Y la verdad es que uno no quisiera tener malos sentimientos hacia nadie, ¡pero esto, repentinamente puede estar sucediéndonos con alguien! Hay gente a la que catalogamos de ogros, antipáticos, desagradables, detestables, despreciables, difíciles... Mi amigo, mi amiga, ¡hay personas que a mi no gustan. Y no te escandalices de mi!. Después de analizarlo, concluyo que Dios no está pidiéndome que me gusten todas las personas, sino que las ame.

El Escritor Keith Miller trata de explicarnos la diferencia: En 1 Corintios 13, el capítulo del amor, vemos que el amor es el don más importante y que permanece para siempre.
Unido a esto, pensemos en el más grande ejemplo de amor en acción al que podamos hacer referencia: No es en la cruz, sino un poco antes: Cristo en la hora de angustia en el Getsemaní. Cuando leo este pasaje, pienso en amor real en acción.
Jesús se aproxima al evento que cambiaría la concepción del mundo respecto al amor. Allí Jesús demuestra que el amor trasciende a las emociones personales. Su actitud no era de temor a la muerte, sin embargo su angustia revela que anticipaba una horrorosa experiencia al llevar sobre sus hombros el pecado de todos nosotros. Y lo Expresó su emoción: “Si es posible, Padre, pasa de mi esta copa”. Y enseguida su decisión de amor a pesar del precio desagradable a pagar: “No se haga mi voluntad, sino la tuya”. El amor de Jesús fue expresado en su decisión de obedecer al Padre.

 
En ese sentido entonces, al recorrer las escrituras podemos hallar que los mayores actos de amor estuvieron acompañados de circunstancias poco placenteras, de hecho desagradables para los creyentes.
Entonces, aqui entran las actitudes. No podemos decidir qué sentimos por otros, pero podemos controlar nuestras acciones hacia otros. En el momento en que decidimos obviar las malas actitudes y actuar propiamente, los sentimientos congruentes con el amor fluirán.


El amor resuelve problemas
El amor acepta situaciones difíciles y busca una forma de superarlas.
El amor engendra más amor
El amor afecta la personalidad y la perspectiva de la vida.
Pensamientos y palabras de amor estàn sobrecargadas de poder para hacer el bien
El amor nos permite vincularnos con personas difíciles.
El amor crea actitudes positivas y autoconfianza.
El amor embellece.
Amar a otros nos da animo y gozo

Que el amor regule nuestras actitudes.
Si seriamente quieres dejar a un lado las malas actitudes hacia personas que resultan difíciles, rinde al Señor todas tus debilidades, fragilidades, defectos de carácter, temores, fracasos del pasado y del presente. Si lo haces, estarás en camino de ser la persona que quieres ser y que Dios espera que seas.

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