Por Marina Thompson (Yes, my sister)
Lectura: Proverbios 3: 5-10
“Honra a Jehová con tus bienes y con las primicias de todos tus frutos”. Prov. 3:9
Hace unos años murió nuestro querido cachorro Ponkie; fue una pérdida tan dolorosa para mis niños y para mí, que decidí, nunca encariñarme así con ningún otro animal, pasados algunos meses nos fue regalado otro perro de una edad similar al que perdimos, con este mi esposo es el responsable de alimentarlo, él le compra algunas tortas para que desayune y reúne las sobras de nuestros alimentos para llevarle que comer; el perrito se siente muy feliz cuando le llevan sus sobras pues al fin y al cabo es un perro, y para él solo es comida. Pero ¿Cómo se sentiría una visita especial que llegue a nuestro hogar, si ve que es dejado de último a la hora de comer y que lo que se prepara para brindarle son las sobras? ¿Cómo te sentirías tú, en una situación similar?
Pensando en estas cosas, muchas veces me he preguntado, ¿Cómo ha de sentirse Dios, el Rey de Reyes y Señor de Señores cuando solo recibe las sobras de nuestro tiempo, dinero o talentos?
El sabio Salomón, nos exhorta a reconocer a Dios en todos nuestros caminos, a honrarle con nuestros bienes y añade, que lo hagamos con las primicias.
El reconocer y honrar al Señor deja fuera esa actitud de tener las cosas de Dios en un tercer o cuarto plano, ese reconocer y honrar al Señor nos capacita para hacer por las cosas de él, el mismo esfuerzo y sacrificio que hacemos para nuestros empleos, estudios y pasatiempos, nos capacita para romper excusas y pretextos que nos impiden tener al Señor reinando en nuestros corazones.
Ese reconocer y honrar al Señor, nos permite darle siempre las primicias.
Honrar al Señor es tenerle en primer lugar.
Lectura: Proverbios 3: 5-10
“Honra a Jehová con tus bienes y con las primicias de todos tus frutos”. Prov. 3:9
Hace unos años murió nuestro querido cachorro Ponkie; fue una pérdida tan dolorosa para mis niños y para mí, que decidí, nunca encariñarme así con ningún otro animal, pasados algunos meses nos fue regalado otro perro de una edad similar al que perdimos, con este mi esposo es el responsable de alimentarlo, él le compra algunas tortas para que desayune y reúne las sobras de nuestros alimentos para llevarle que comer; el perrito se siente muy feliz cuando le llevan sus sobras pues al fin y al cabo es un perro, y para él solo es comida. Pero ¿Cómo se sentiría una visita especial que llegue a nuestro hogar, si ve que es dejado de último a la hora de comer y que lo que se prepara para brindarle son las sobras? ¿Cómo te sentirías tú, en una situación similar?
Pensando en estas cosas, muchas veces me he preguntado, ¿Cómo ha de sentirse Dios, el Rey de Reyes y Señor de Señores cuando solo recibe las sobras de nuestro tiempo, dinero o talentos?
El sabio Salomón, nos exhorta a reconocer a Dios en todos nuestros caminos, a honrarle con nuestros bienes y añade, que lo hagamos con las primicias.
El reconocer y honrar al Señor deja fuera esa actitud de tener las cosas de Dios en un tercer o cuarto plano, ese reconocer y honrar al Señor nos capacita para hacer por las cosas de él, el mismo esfuerzo y sacrificio que hacemos para nuestros empleos, estudios y pasatiempos, nos capacita para romper excusas y pretextos que nos impiden tener al Señor reinando en nuestros corazones.
Ese reconocer y honrar al Señor, nos permite darle siempre las primicias.
Honrar al Señor es tenerle en primer lugar.
Mi querida sister of Georginita, gustóme (como dice Pedritín Silverio) tu reflexión. Cuando estas tratan sobre mascotas, usadas a manera de ilustración, me gustan mucho más, ya que mi wife y yo tenemos mascotas "que ni botando se acaban". Es tan cierto como que dos más son cuatro, eso de esa vieja costumbre, muy carnal e injusta por cierto, de darle al Señor lo que nos sobra. Por eso no recibimos las bendiciones prometidas en la medida en que deberíamos recibirla. De todos modos, sabemos, que aún así Dios nos ama. Si Dios fuera como nosotros...Ay papá!!!!
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