La patinadora olímpica canadiense Joannie Rochette, sacudió el corazón de miles de espectadores que abarrotaban el Pacific Coliseum para la primera jornada de competición de patinaje artístico femenino. Y seguro que también conmovió a los millones que la vieron en su casa por televisión o por Internet. La joven ha tenido la fortaleza de salir a patinar apenas 30 horas después de que falleciese su madre, que había venido desde Québec hasta Vancouver a ver cumplido el sueño de su hija… pero sufrió repentinamente, un infarto.
Joannie anunció que trataría de seguir compitiendo en estos Juegos, "por ella", y se fue a entrenar a la pista del Pacific Coliseum sólo seis horas después, con su padre llorando a lágrima viva en las gradas.
Joannie anunció que trataría de seguir compitiendo en estos Juegos, "por ella", y se fue a entrenar a la pista del Pacific Coliseum sólo seis horas después, con su padre llorando a lágrima viva en las gradas.
“Y lo ha hecho arropada por todos los espectadores, que se han puesto en pie en cuanto ha pisado el hielo. Y lo ha hecho dejando escapar las lágrimas cuando ha terminado un programa corto brillante, emocionante y limpio que le ha valido la tercera posición provisional.”- RTVE-
Ríos de lágrimas corren por este planeta. Pero a la par muchas historias de heroísmo y grandes conquistas. El salmo 40 parece darnos una respuesta que puede hacer la diferencia en nuestra actitud respecto a la adversidad: DIOS ES NUESTRO REFUGIO Y NUESTRA FUERZA, nuestra ayuda en momentos de angustia. Por eso no tendremos miedo, aunque se deshaga la tierra, aunque se hundan los montes en el fondo del mar, aunque ruja el mar y se agiten sus olas, aunque tiemblen los montes a causa de su furia. El señor todopoderoso está con nosotros.
Cuando hay motivos de aflicción en tu vida, déjate consolar por el Señor, pues su palabra dice: dichosos los que sufren, porque serán consolados. Yo les daré consuelo, convertiré su llanto en alegría, y les daré una alegría mayor que su dolor.
Dios promete un acompañamiento y solución a nuestras vidas; La Biblia también dice:
Nosotros consideramos felices a los que soportan con fortaleza el sufrimiento. Ustedes han oído como soportó Job sus sufrimientos y saben de qué modo lo trató al fin el Señor, porque el Señor es muy misericordioso y compasivo.
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